02 de Agosto 2010
La primera vicepresidenta de la República, Marisol Espinoza, afirmó que la minera Yanacocha no supo aprovechar las dos décadas de operaciones en Cajamarca para ganarse a sus ciudadanos,
y por ello es rechazada por las comunidades campesinas aledañas a la zona de influencia del proyecto Conga.
“Desde Lima, siempre se dice que son antimineros o que se oponen al desarrollo y si miramos sin miopías, Cajamarca no es una población antiminera, tiene una serie de minas y les ha dado la licencia social (…) La gente reclama dignidad y respeto a su condición humana y de, mínimo, consultarle si es que se va a hacer algo en su comunidad”, dijo a Ideele Radio.
Agregó que el conflicto de Conga no se origina en este gobierno, que más bien recibió una herencia bastante pesada y una carga muy difícil. Sostuvo que existe una enorme responsabilidad del Estado por no fiscalizar ni dialogar, y de los ministerios por no realizar las actividades de supervisión.
A su turno, el titular de la Oficina de Nacional de Diálogo y Sostenibilidad, Vladimiro Huaroc, dijo que la estrategia de trabajo para solucionar el conflicto en Cajamarca empezará reconstruyendo las relaciones con los pobladores y autoridades de esa región.
Refirió que los facilitadores Gastón Garatea y Miguel Cabrejos han trabajado con responsabilidad para sentar las bases para la prevención de los conflictos sociales. Confirmó que la próxima semana el premier Juan Jiménez escuchará las primeras observaciones de los facilitadores.