Próxima al nevado Ticlio está la naciente del río Rímac: lagunas, bofedales y quebradas que, a 4.600 m.s.n.m., albergan vida vegetal y animal hasta que a menos de un kilómetro se envenenan con metales procedentes de la minería, como demostró este Diario en varios informes entre mayo y junio.
Esas publicaciones también dieron cuenta de los métodos obsoletos del Estado para fiscalizar los vertimientos a ríos de desechos mineros. El propio director de Calidad Ambiental, del Ministerio del Ambiente (Minam), Juan Narciso, admitió que son inútiles las supervisiones que realiza el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), porque las visitas son advertidas con al menos una semana de anticipación a las empresas.
Además, el propio secretario general del OEFA explicó a este Diario que, aun cuando hallaran vertimientos que superasen los actuales límites máximos permisibles para el agua (LMP-Agua) o los nuevos estándares de calidad ambiental para el agua (ECA-Agua), no se podría sancionar a las mineras por la contaminación debido a que el Minam les ha dado plazo hasta el 2015 para adecuarse a esos nuevos estándares, que estableció la Ley General de Recursos Hídricos del 2009 en función de parámetros internacionales.
«Como las mineras necesitan tiempo para adecuarse nos regimos aún con los parámetros de la Ley General de Aguas [dada en los 70]», detalló Narciso, quien admitió también que los parámetros de la ley setentera son desfasados.
Por si fuera poco, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) tampoco puede sancionar a las mineras que contaminan ríos así las halle en flagrante falta, porque no cuenta con una escala de multas.
CONTAMINADORES ANÓNIMOS
Aun con todos esos obstáculos, el OEFA se ha esforzado en las últimas semanas por cumplir su función fiscalizadora. Por ello, reveló en junio último que había activado 25 procesos sancionadores (cuyos expedientes reposaban en los archivos desde hacía un año) contra seis empresas mineras a las que halló contaminando el río Rímac de diversas maneras. Estas empresas, según el documento que OEFA publica en su página web, son: Minera Los Quenuales S.A., Minera Casapalca S.A., Perubar S.A., Compañía Minera San Juan S.A., Volcan Compañía Minera S.A.A. y Votorantim – Cajamarquilla S.A.
Solo las dos últimas brindaron una versión. Voceros de Volcan dijeron no haber sido notificados al respecto. En tanto, en Votorantim negaron haber contaminado el Rímac. «Nuestra infracción fue desechar más cantidad de agua de lo que teníamos permitido», arguyó José Salazar, gerente de comunicaciones de esa minera.
Esta última semana el OEFA ha vuelto a la carga e inició otros siete procesos sancionadores contra mineras asentadas en la cuenca del Rímac. Pero esta vez,a pesar de la insistencia, los funcionarios del organismo se negaron a revelar los nombres de las empresas involucradas en los procesos por contaminación.
«Mantendremos la reserva hasta que las compañías presenten sus descargos», respondió William Betallaluz, responsable de comunicaciones de OEFA. Él informó además que una empresa ya fue sancionada en febrero, tras comprobarse que afectó el río, sin embargo también se rehusó a revelar su nombre.
RESULTADOS SE CONTRADICEN
El OEFA también realizó una «supervisión ambiental especial», entre el 15 y 17 de junio a los vertimientos de aguas residuales minero-metalúrgicas de la cuenca alta del Rímac. Incluyó a las mismas compañías que ya están procesadas así como al depósito de relaves Tablachaca de Activos Mineros S.A.C.
Los resultados dieron negativo a contaminación de origen minero. Extrañamente sí se halla el río contaminado por metales pesados, vinculados a la minería, en esa misma zona. Por ello, el OEFA recomienda «fortalecer la vigilancia de la calidad del agua en la cuenca del Rímac». ¿Y en los otros ríos del país?.
MÁS DATOS
Desde que asumió la función de fiscalizar al sector minero, el 22 de julio del 2010, el OEFA ha recibido de Osinergmin 837 expedientes. En 87 de ellos, el afectado es el Rímac.
De esos 87 expedientes, 25 corresponden a procedimientos iniciados contra las empresas mineras por superar los LMP; es decir por contaminar el río.
Los procedimientos iniciados por el OEFA se refieren a incumplimientos por: vertimiento de efluentes sin tratamiento previo y exceso en LMP.
También a derrame de relaves, contaminación del aire, derrame de aceites, incumplimiento de recomendaciones y de compromisos establecidos en estudios ambientales, entre otros.
LA CIFRA
60 muestras de agua del río Rímac analizó el OEFA en junio último. Cuarenta de ellas eran del cuerpo del río y tributarios, 18 de vertimientos mineros y una de filtraciones de relaves mineros. A pesar de que el río presentaba altas concentraciones de metales, en la misma zona todos los vertimientos de empresas mineras aparecían limpios.