El Gobierno tomó una decisión respecto al proyecto y los inversores miran con desconfianza todo el proceso. En el sector minero temen que ahora sí termine de sepultar la minería en Mendoza.
Mañana arranca el foro de los industriales de Mendoza con la participación de importantes funcionarios actores del sector y el Gobierno. En ese encuentro discutirán qué hacer en la provincia con una matriz productiva que se quedó en el tiempo y que no creó nuevas industrias en dos décadas.
Mientras eso ocurre, y como mencioné en la columna de la semana pasada, paralelamente se define qué sucederá con San Jorge, el manoseado proyecto minero que pretende extraer cobre en Uspallata y que se ha convertido en un símbolo de la disputa por la actividad en Mendoza.
La Provincia ya decidió que vuelva a «foja cero» para su proceso administrativo en -según dicen- un intento de sacar la discusión de los extremos pro y anti mineros. Sin embargo, la decisión genera ruido en los inversores rusos que analizarán detenidamente la resolución del Gobierno provincial para decidir qué hacer. En palabras simples, van a decidir si se quedan o se van.
¿Pero qué implica que los rusos se vayan? En el sector temen que se cierre una puerta que no podrán volver a abrir.
Lo que se teje en Casa de Gobierno
Para sacar la resolución que le indica a San Jorge que debe iniciar de nuevo el proceso de para la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), descartando la posibilidad de actualizar la que tenían aprobada, hubo largas discusiones entre las secretarías Ambiente y Minería y otros actores del edificio de calle Peltier. La cuestión es que en la repartición que encabeza Humberto Mingorance querían que todo volviera a hacerse de nuevo (incluidos todos los estudios técnicos que demoran años y que significan grandes inversiones). En Minería, en tanto, les señalaron que no era necesario tirar todo a la basura, porque hay estudios -como por ejemplo los geológicos y sísmicos- que no es necesario que sean desechados.
Según fuentes del Ejecutivo, después de varias discusiones -en las que incluso se involucró a Asesoría de Gobierno- se le pedirá a los inversores iniciar nuevamente el proceso (especialmente la base social que incluye las audiencias públicas) para darle un nuevo tratamiento al proyecto. Esto implicaría una nueva dilación que, de entrada, no cae bien en los dueños del proyecto (los rusos de Solway y Aterra). Para calmar esa molestia, en el Ejecutivo le propondrán hacer un mix entre el proyecto biprovincial y el que se archivó en la Legislatura y que consignaba la obtención de concentrado de cobre a través de un proceso de flotación en la provincia.
Aún con esa propuesta -todavía informal- sobre la mesa, la idea no genera la confianza suficiente en la gente de San Jorge, especialmente por los tiempos que implicaría y porque incluso podría ir más allá del período de Gobierno que aún le resta por cumplir a la actual administración. Además, ya tienen experiencia con promesas como las que les hicieron en la administración anterior y que quedaron en nada.
¿Quién pierde si se van los rusos?
En el Gobierno insisten que la decisión de iniciar el proceso para una nueva DIA no es para echar a San Jorge, sino para darle otro perfil a la discusión sobre minería, ya con una política provincial y el Pacto Federal Minero como marco para hablar técnicamente sobre el tema. Es que -dándole el favor a la administración actual- desde que se intentó hacer el proyecto el tratamiento del tema no pasó de la presión que sentían los políticos por los cortes de rutas (Cobos) o la posibilidad de perder votos (Pérez). Nunca hubo una discusión técnica que permitiera hablar de lo realmente importante.
Lo cierto hoy es que el proyecto San Jorge es el único en Mendoza que es posible realizar desde el punto de vista técnico, legal y financiero, faltando sólo la decisión política. Es el único en la provincia y uno de los pocos del país, de ahí que muchos actores locales y también nacionales consideren que una eventual partida de los inversionistas rusos sería un verdadero funeral para la actividad en Mendoza y un revés importante para el plan nacional minero.
Es que en una industria en donde todos se conocen, estas noticias corren rápido y no son positivas para la imagen que quiere dar la Argentina al mundo minero, especialmente en un período que la Nación busca inversionistas en China y otros países.
Si la evaluación que hará San Jorge de la resolución del Gobierno es negativa, se irán, pero sin descartar acciones legales que podrían traer dolores de cabeza para la administración provincial. De ahí que no sea un tema menor avanzar con la decisión de «empezar de cero».
De paso, en el Gobierno nacional no caería bien que, mientras la administración de Macri quiere atraer inversores, un grupo de ellos se vayan del país contando la «mala experiencia» vivida en Mendoza.
Para bien o para mal, dependiendo desde el punto de vista que se tenga, lo que parece cierto es que finalmente habrá una resolución para el futuro de la minería en la provincia. Es que los ejecutivos de la empresa minera pretenden tomar una decisión antes de que se cumplan cuatro años desde que compraron el proyecto, o sea en diciembre.
San Jorge y no hay más
Una caída del proyecto San Jorge sería sepultar a la minería porque en Mendoza existe ese proyecto y no hay más. La otra opción que existía era Potasio Río Colorado (PRC), un sueño que se derrumbó y que está muy lejos de reconstruirse.
Vale aún no tiene inversor para poder «echar a andar» el yacimiento en Malargüe y la empresa Mosaic, que compró la parte de fertilizantes de la minera brasileña, no está convencida aún de hacerse también del proyecto sureño. Los números no cierran con la tonelada de potasio a 200 dólares o menos, y aunque las cifras pudieran cuadrar, no lo pondrían en producción en el corto plazo.
Por ahora es la única opción de compra y aunque se diera, Mosaic la guardaría como una posibilidad para cuando el mineral vuelva a estar a un precio atractivo. En la actualidad hay un sobre stock de potasio en el mundo y, a menos que todo cambie de manera radical, la posibilidad de ver producción a PRC está muy lejos de ser real.
De ahí que el sector minero y otras industrias, estén atentas a lo que ocurre con un proyecto en particular. Ahora queda esperar a ver si los interesados en el desarrollo de la minería en Casa de Gobierno son capaces de convencer a los inversores. La administración provincial tomó una decisión respecto al proyecto y ahora los rusos deben decidir si la aceptan o le dicen adiós a Mendoza.
Fuente:http://www.mdzol.com/nota/756283-y-que-pasa-si-se-van-los-rusos-de-san-jorge/