13 de Junio 2011
Con una participación superior al 56%, según datos aún no definitivos (que podrían aumentar), en efecto, los italianos, que acudieron masivamente a las urnas entre ayer y hoy, le dieron un rotundo «no» al regreso de la energía nuclear, a la privatización del agua y a la inmunidad penal del premier, en una consulta popular que se convirtió en un nuevo voto castigo para el premier.
Roma, Italia – 13/06/2011. Nueva paliza para el premier italiano, Silvio Berlusconi. Después de la humillante derrota de hace 15 días en elecciones municipales en las que la derecha perdió Milán, su bastión, el Cavaliere sufrió hoy un nuevo revés: los cuatro referendums que su gobierno intentó evitar hasta último momento, alcanzaron y superaron el quórum requerido (del 50% más 1).
Ya antes del cierre definitivo de las urnas, a las 15 locales de hoy (las 10 en la Argentina), Berlusconi, de 74 años y con la popuilaridad hecha trizas debido a diversos escándalos de tipo judicial y sexual, admitió la derrota, rompiendo el silencio electoral.
«Tendremos que decirle adiós al nuclear después del voto popular y vamos a tener que trabajar sobre las energías renovables», dijo Berlusconi, en plena votación, lo que también levantó polémicas.
Poco antes, también el ministro del Interior, Roberto Maroni, había anunciado que se había alcanzado el quórum. «Yo sólo tengo el dato del domingo a la noche (cuando la afluencia fue superior al 41%), no habrá otros relevamientos de la participación hasta las 15, cuando se cierran las votaciones, pero las proyecciones de los expertos del ministerio del Interior hacen pensar que se alcanzará el quórum para los cuatro referéndum, aún sin considerar el voto de los italianos en el exterior», indicó.
La verdadera batalla de esta consulta giraba alrededor de la participación, que según la Constitución debe ser del 50% más 1 para que tenga validez. De hecho, se daba por hecha la victoria del «sí» a la abrogación de las leyes que dan luz verde al regreso de la energía nuclear (abolida en Italia con otro referéndum, en 1987), a la privatización de los servicios de suministro de agua y a la ley de legítimo impedimento que permite que Berlusconi pueda zafar de sus juicios, aduciendo problemas de agenda institucional.
Berlusconi había hecho todo lo posible para evitar esta consulta y, al igual que su principal socio, Umberto Bossi, de la xenófoba Liga Norte, había llamado a los italianos a no ir a votar para que fracasara la consulta. Muchos expertos creen que eso fue un craso error, que evidentemente provocó un efecto bumerán, porque la afluencia terminó siendo récord, todo un mensaje para el gobierno.
Desde hace 18 años que en Italia no prosperaba ningún referéndum, al no alcanzarse la participación mínima de más del 50% de los votantes exigida por la Constitución para que su resultado sea vinculante. Para la oposición de centroizquierda, que se movilizó como nunca, junto a las redes sociales y a la Iglesia católica, para que la gente fuera a votar, se trata de una nueva victoria, que confirma que «corre un viento de cambio» en Italia, dominada desde hace 17 años por la figura, ahora en baja, de Berlusconi.
«Descarto la dimisión de Berlusconi, pero no la implosión del Partido del Pueblo de la Libertad (PDL, de Berlusconi) y de la Liga Norte», escribió ayer, en su editorial dominical, el veterano periodista Eugenio Scalfari, fundador del diario La Repubblica, que vaticinó que un nuevo fracaso del Cavaliere puede tener «efectos imprevisibles».
Si bien Berlusconi ya abrió el paraguas y adelantó que esta consulta popular no tendrá efectos políticos sobre su gobierno, sí los tendrá. Aunque habrá que esperar para ver qué sucede en la turbulenta situación en la que queda Berlusconi, que para muchos analistas se encuentra en el ocaso de su carrera política.