■ Carta de la Tierra aborda cómo cambiar el modelo mental mecanicista a uno más humano
■ Representante dijo que no se exige una modificación legal, sino que se hacen llamados éticos
“Estamos en una línea muy delicada, muy vulnerable; entre la responsabilidad y la negligencia, porque vivimos una crisis de nuestra civilización”.
Así expuso la disyuntiva actual, Mateo Alfredo Castillo Ceja, representante en México para la iniciativa Internacional de la Carta de la Tierra, y miembro del Consejo internacional.
Por un lado hay liderazgos como los de los presidentes de Estados Unidos, Corea, Rusia, Japón o Venezuela que están generando una crisis global en la que una sola decisión es suficiente para lanzar una arma de destrucción masiva, y por el otro, están los más de 8 mil millones de seres humanos en el planeta que “no estamos protegiendo sus recursos naturales o conservando aquello que nos brinda la vida”, explicó.
Propuesto de esta manera el presente y futuro humanos, comentó que no sabe cuál de las opciones es más peligrosa, pero aseguró que no hay todavía la conciencia suficiente para transformar la manera en la que se están haciendo las cosas y el cómo “nos tratamos” como seres humanos.
“Porque no tenemos un diálogo con el planeta, no tenemos un diálogo con nosotros mismos”.
La experiencia más cercana del ser humano con la naturaleza es el propio cuerpo, y si éste representa al planeta, porque de él depende el aire, el agua y los recursos minerales así como los procesos que se interconectan para generar la vida, no existe la sensibilidad para su protección, sostuvo.
“Desde la Carta de la Tierra lo que nos preocupa es la transformación de la manera de cómo nos tratamos (unos a otros) y cómo estamos abordando las causas para transformar el modelo mental mecanicista, materialista, a un modelo mental mucho más humano”.
Entre los 8 mil millones de seres humanos se encuentran otros liderazgos, los dueños y los directivos de las empresas mineras, por ejemplo. De ellos se requiere un cambio de actitud, de modelo de pensar.
“Nosotros desde la Carta de la Tierra no exigimos una modificación legal, sino que hacemos llamados éticos”.
Lo que está haciendo la minería no es ético, dañando una población, al ecosistema; esto no contribuye al desarrollo de la regiones y del país, dijo.
“Son heridas que está dejando (la minería extractivista) no solamente en la Tierra sino en los seres humanos, entonces lo que tenemos que hacer es transformar la manera en la que estamos haciendo las cosas a partir de cuatro principios éticos fundamentales: respeto y cuidado de la comunidad y la vida, integridad ecológica, justicia social y económica, y democracia, no violencia y paz”.
Castillo Ceja reiteró que para esto desde su punto de vista, no se requieren modificaciones a la Ley Minera, en este caso de México, sino que se trata de un ejercicio de la voluntad de quienes dirigen las empresas para establecer modelos más empáticos con la naturaleza, ser más responsables con la sociedad, con el entorno y con sus trabajadores.
Dijo que quienes se integran a la iniciativa de la Carta de la Tierra hacen su labor como sociedad civil a nivel internacional, “estamos en todos los países del mundo, nuestro trabajo es construir sociedades más justas, más sostenibles y pacíficas”, apoyados en los 16 principios del documento de carácter universal, que hoy por hoy es el más consensuado entre las naciones.
Mateo Castillo Ceja también apuntó que la explotación minera es una necesidad para el desarrollo de los países, pero a medida que sea más coherente y responsable con el manejo de los recursos naturales y tenga principios de equidad e igualdad, “entonces va a ser una minería que va a contribuir para el desarrollo efectivo del país o de la región, aquella minería que es irresponsable con el medio ambiente, que es irresponsable con sus trabajadores y con el entorno, que no tiene una responsabilidad social, es una minería que no está abonando al crecimiento del país”.
Propuso que la minería tiene que dejar de ser extractivista, “solamente extraer y extraer y llevarse del país -sus riquezas-, no dejar nada; tiene que contribuir al enriquecimiento del ecosistema del que está extrayendo; nosotros no estamos en contra de la minería estamos en contra de los procedimientos que la minería desarrolla para extraer los minerales”.
Dijo entonces que esta actividad debe replantearse y respetar y cuidar tanto a las comunidades como el entorno natural.
“Y tiene que ser una minería justa, sostenible y pacífica, justa social y económicamente, pero también incluyente”, lo que significa incluir a la comunidad en el proceso, que no solamente las empresas se enriquezcan sino también la población.
Observó que los ejemplos históricos conocidos exponen que esta actividad la empobrece y genera violencia entre las comunidades.
“Hoy por hoy la minería se encuentra vulnerable porque no está incluyendo principios de sustentabilidad. Y es ahí donde la Carta de la Tierra le puede permitir diseñar modelos más sostenibles, más responsables con el entorno”.
Sostuvo que existe la tecnología y formas para su transformación a una minería “más empática con el medio ambiente, más humana, más responsable social, económica ambiental, cultural y políticamente”.
Fuente:http://ljz.mx/2017/11/15/vivimos-una-crisis-de-civilizacion-no-hay-un-dialogo-con-el-planeta-castillo-ceja/