Piden que la estatal se someta a una revisión completa de sus instalaciones y actualice sus Estudios de Impacto Ambiental para seguir operando en la zona.
Representantes de la Agrupación Ecológica Aconcagua exigieron que Codelco Andina revise sus procedimientos ante los tres derrames de concentrado de cobre producidos en la planta de filtros en un lapso de seis meses.
La escalofriante cifra de un derrame cada 5 cinco meses (como promedio), sin contar las fugas de gases que son minimizadas, reflejan a juicio de la agrupación que Codelco carece de cualquier tipo de mecanismo de emergencia, evacuación y seguridad para los habitantes próximos y trabajadores.
AGE dio cuenta de los perjuicios que la actividad minera, sin un debido control de las autoridades y de la comunidad en su conjunto, ha venido generando en el territorio: contaminación y sobre utilización de las napas subterráneas, afectación del caudal del río Aconcagua, en términos de calidad, cantidad y distribución de sus aguas, destrucción de glaciares, y con ello, escases hídrica y aguas tóxicas; además de contaminación del aire con CO2 y malos olores, disminución en flora y fauna, desplazamientos campesinos, negligencia, colusión, división de las comunidades, rotura de los tejidos económico-comunales y sociales, problemas serios en la salud, etc.
La agrupación señaló que para que Aconcagua no se transforme en una nueva zona de sacrificio como Ventanas o Huasco, es imprescindible asumir protagonismo hoy, “y por eso estamos poniendo bajo la lupa los efectos producidos en el Valle del Aconcagua, ante el precedente de casos como Caimanes y Huasco, localidades que colapsaron luego de 40 años: la misma edad de Codelco Andina, empresa que ya ha manifestado que los derrames producidos en nuestro Valle son por fatiga de materiales”.
En este sentido, la Agrupación hizo un llamado a que en el marco de la Minería Responsable y de la voluntad de cooperación de Codelco Andina, se realice con urgencia un relevamiento del agua potable debido a fuertes señales de contaminación que pueden estar afectando seriamente la salud; se inspeccionen las instalaciones de donde parten los sucesivos derrames y fuga de gases, y se revisen los estudios de impacto ambiental.