RÍO DE JANEIRO.- El gigante minero brasileño Vale logró finalmente este viernes concretar un acuerdo para abandonar el millonario proyecto de potasa Río Colorado, en Argentina, tras un complicado proceso que incluyó órdenes de la justicia y del gobierno local para prohibir a la empresa abandonar las instalaciones.
La segunda mayor minera del mundo firmó un contrato con el gobierno argentino para dejar el proyecto en buenos términos. Así lo confirmó este viernes a la agencia Reuters una portavoz de la compañía.
La vocera no entregó más detalles sobre el convenio.
El tema fue tratado esta semana por las Presidentas de Brasil, Dilma Rousseff, y de Argentina, Cristina Fernández, durante una reunión entre ambas realizada en Buenos Aires.
Salida «serena y pacífica»
El presidente de Vale, Murilo Ferreira, ya había declarado en la víspera que la compañía estaba en vías de negociar su salida «de la forma más serena y pacífica posible».
La compañía continuará con la concesión para explorar potasa por hasta cuatro años, según prevé la ley argentina. También tratará de vender el proyecto para compensar las inversiones realizadas, sostuvo la portavoz.
Si la empresa encuentra un socio financiero, podría retomar el proyecto, estimó.
La mayor firma privada de Brasil anunció en marzo su decisión de suspender Río Colorado, situado en el sector de Malargüe, en la provincia de Mendoza, luego de intentar negociar durante meses por mejores condiciones.
El anuncio de la suspensión no fue bien recibido por las autoridades argentinas, debido a que implicaba el despido de más de 6.500 personas. Días después, amenazaron con retirar la concesión de Vale y prohibieron a la compañía cesar a los funcionarios.
La compañía puso el proyecto en revisión en abril del 2012, debido a preocupaciones relacionadas con la inflación, los impuestos, la disponibilidad de infraestructura y las política cambiarias trasandinas.
La firma ya desembolsó 2.500 millones de dólares en el proyecto, cuyo presupuesto oficial es de 6.000 millones de dólares. Sin embargo, el total real podría elevarse a nada menos que 10.900 millones de dólares, debido al aumento de costos y las condiciones económicas que vive Argentina, según estimación de analistas.