Por Julián Alcayaga
Desde hace ya más de un año he sostenido que el Sr. Diego Hernández y toda la cohorte de ejecutivos de diversas transnacionales mineras que hoy están en el Directorio, la presidencia, vicepresidencias y diversas gerencias de CODELCO, llegaron a la Corporación para conseguir lo que siempre han perseguido, su privatización…
También he sostenido que esta privatización se llevará a efecto destruyendo la empresa por dentro, endeudándola, y vendiéndola por partes. CODELCO no pude ser privatizada por ley porque se requiere una reforma constitucional para lo cual el gobierno no cuenta con los votos necesarios.
El plan de inversiones revelado por el Presidente Ejecutivo está concebido para endeudar inútilmente la empresa. Considera invertir unos 16 mil millones de dólares en los próximos 10 años, mediante el endeudamiento. El objetivo de esta cuantiosa inversión: mantener la producción actual o incrementarla ligeramente. Este es un claro indicio de destrucción de la empresa, por la siguiente razón. Las mineras extranjeras han invertido en total alrededor de 20 mil millones de dólares desde 1990 a 2010, pero aumentaron la producción en 3,7 millones de toneladas, es decir que invirtieron 5.400 dólares por tonelada producida. Pero Diego Hernández desea invertir 16 mil millones de dólares, mediante endeudamiento, solo para mantener la misma producción. Es muy posible que toda esa inversión la realicen empresas contratistas, amigas de los amigos. Tan colosal inversión para objetivos tan menguados, no puede sino tener un solo objetivo: endeudar la empresa para destruirla desde adentro.
En cuanto a la privatización por partes ya la comenzaron con la venta de Edelnor, del yacimiento Inca de Oro y la proyectada venta de Minera Gaby.
Existe otra forma de destruir la empresa: consiste en perder dinero en los mercados de futuro del cobre. No todo el mundo pierde, desde luego, porque lo que CODELCO pierde lo puedan ganar nuevamente empresas amigas de los amigos.
El 25 de marzo pasado, en la presentación de los resultados de CODELCO para el ejercicio 2010, su Presidente Ejecutivo Sr. Diego Hernández no dijo una palabra de posibles pérdidas en los mercados de futuro. Deduje que dichas pérdidas podrían existir al comparar los resultados de los ejercicios 2009 y 2010. Tomando la producción y el precio observados el 2010, los ingresos por ventas de este ejercicio son inferiores en por lo menos tres mil millones de dólares,.a lo que se debiese constatar. Deduje que esa “rara” caída de los ingresos por venta se debía a pérdidas en los mercados de futuro, ya que estos se contabilizan, -extrañamente y de una manera extra contable- como disminución de las ventas, sin ser reflejados en ningún ítem del Estado de Resultados.
Para comprobar que estas deducciones eran correctas, entramos -con la ayuda de un contador auditor- a analizar la Memoria de CODELCO para el año 2010, depositada en la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).
Pudimos comprobar que nuestras sospechas eran ciertas. Al analizar las Notas a los Estados Financieros, comprobamos que por el año 2010 hay contabilizadas pérdidas en mercados de futuro contabilizadas por 1.042 millones de dólares, y que además existen otros 2.316 millones de dólares expuestos o aprovisionados como pérdidas para los ejercicios 2011 y 2012.
Sin embargo, los organismos encargados de fiscalizar y auditar estos estados financieros, – auditores independientes, Deloitte, la Superintendencia de Valores y Seguros, Cochilco, o el Servicio de Impuestos Internos, no habían detectado ninguna pérdida en estos mercados. Es más, al final de la Memoria 2010, existe una Declaración de Responsabilidad del Directorio, sin ninguna mención a dichas millonarias pérdidas.
¿Cómo pueden estas instituciones decir que no fueron capaces de detectar estas pérdidas, si nosotros, con menos recursos, pudimos encontrar la información en la Memoria de CODELCO depositada en la SVS?
El pretexto para efectuar operaciones en los mercados de futuros de metales, es que ello se hace para proteger los precios de las fluctuaciones del mercado y minimizar los riesgos financieros. Sin embargo, en los hechos, en un mero pretexto técnico o financiero para realizar transacciones en las que deliberadamente se pierde dinero a favor de escogidos operadores de esos mercados. “Proteger” el cobre de las fluctuaciones de precios sería concebible si en el tiempo hubiesen pérdidas y ganancias, y que al final de un ejercicio contable, las pérdidas fueran marginales. Pero ello no es así. Las pérdidas son colosales y durante el 2010 CODELCO solo supo perder, pero jamás ganar.
Lo fraudulento de las pérdidas en los mercados de futuro, y su utilización para el traspaso doloso de utilidades entre empresas relacionadas, llevó al FMI a recomendarles a los países subdesarrollados legislar para reintegrar este tipo de pérdidas como “gasto no necesario para producir la renta”. ¡Desde hace ya más de 30 años!
Lo extraño de todo esto es que las actuales autoridades de CODELCO, tanto en el Directorio como en la Presidencia, Vicepresidencias y gerencias, son ocupadas por los profesionales más expertos y con más vasta experiencia que jamás haya tenido CODELCO, y no pueden alegar que se equivocaron en sus análisis de mercado. Precisamente porque son los mejores expertos.
Solo nos queda esperar que los operadores o empresas que ganaron lo que CODELCO perdió, no estén relacionadas con BHP Billiton, Anglo American, Rio Tinto, Xtrata, empresas de donde proviene la mayor parte de los actuales ejecutivos superiores de la Corporación.
Ante la imposibilidad del apoyo del Congreso para privatizar CODELCO (¡Dios me oiga!), las brillantes mentes que hoy dirigen la empresa, crearon una nueva forma de privatizar con la venia del Ministro de Minería, Laurence Goldborne: destruir CODELCO desde adentro. Eso está en marcha, pero felizmente los trabajadores de CODELCO y el país están despertando de un largo sopor.
*Julián Alcayaga O. es economista chileno. Más información en www.defensadelcobre.cl