Detrás del Tratado de Libre Comercio Canadá-Colombia (TLC-CC) se esconde un intercambio de comercio social y ambientalmente injusto y violento. Entre sus principales actores se encuentran los intereses de las elites –políticos y grandes capitales colombianos– así como de, entre otras, unas 15 transnacionales canadienses del sector minero.
El caso de la Colombia Goldfileds ilustra muy bien la injusticia que se esconde detrás de este ambicioso proyecto para el beneficio de unos pocos y en detrimento de las grandes mayorías. Esta empresa está tras Marmato, una montaña de oro cuya riqueza ha sido evaluada en 14.000 millones de dólares. Para apropiarse de ella está dispuesta a todo, inclusive a desplazar –a las buenas o a las malas– a la pacífica población que habita allí desde hace más de 400 años y que vive de manera sostenible de esa riqueza que le pertenece –ante todo– a los colombianos. ¡La Colombia Golfield planea desaparecer esta montaña y apropiarse de esta riqueza de los colombianos en tan solo 20 años!
¡Resulta sencillo comprender por qué están los gobiernos de Uribe y Harper tan interesados en impulsar el TLC-CC!