Inversionistas retomaron el controvertido proyecto minero Concordia, ahora bajo el nombre Los Cardones, que busca operar una mina de oro a cielo abierto en la zona de la Reserva de la Biosfera Sierra de la Laguna, en Baja California Sur.
De acuerdo con información de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la empresa Desarrollos Zapal ingresó a revisión la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para el proyecto denominado ahora «Los Cardones» que pretende extraer 40 toneladas de oro en diez años.
Según refiere la empresa en el documento, el proyecto se localiza en el distrito minero San Antonio-El Triunfo -57 kilómetros al sur de La Paz-y contempla desmontar y operar en terrenos de la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera Sierra de la Laguna, aproximadamente en 400 hectáreas.
Para el abastecimiento del agua requerida para los trabajos, la empresa plantea la construcción de una planta desalinizadora que se ubicaría a 37 kilómetros del emplazamiento minero y la construcción de un acueducto, así como una línea de trasmisión eléctrica de alta tensión desde el poblado El Triunfo.
La compañía -perteneciente antes al consorcio canadiense Vista Gold y ahora a Invecture Group-sostiene que la mina generará mil 500 empleos directos e indirectos, 400 de ellos relacionados con la adquisición de bienes y servicios de las localidades de La Paz, Todos Santos y Cabo San Lucas.
Calcula una inversión de origen nacional y extranjero por el orden de los 2 mil 821 millones de pesos. Afirma que la operación de la mina permitirá la «reactivación de la incipiente economía en la zona de influencia del proyecto».
Según informó la Semarnat, la empresa ingresó el documento para revisión y autorización el pasado 5 de septiembre, en oficinas centrales, bajo la modalidad de MIA regional, y se estableció como fecha máxima de resolución el 30 de noviembre.
El proyecto ha despertado de nueva cuenta críticas y señalamientos de expertos y diversas organizaciones de conservación en la entidad, quienes advierten del potencial de riesgo de contaminación de la principal fuente de agua para la parte sur de la península, que es la Sierra de la Laguna, además de los efectos negativos en las actividades turísticas y en la agricultura orgánica de los alrededores.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) comunicó que se solicitó la consulta pública y la reunión pública de información ante la Semarnat a fin de conocer los planteamientos de la empresa y evaluar los riesgos-beneficios para la comunidad.
El titular de Cemda, región noroeste, Agustín Bravo Gaxiola, dijo a EL UNIVERSAL que la organización se encuentra revisando el proyecto; no obstante, adelantó que existe preocupación ante el posible daño a la Sierra de la Laguna, ya que para la entidad tiene particular importancia porque es el área de recarga de acuíferos de esta región desértica.
«Estaremos revisando dos temas, sobre todo: si hay o no riesgo para los acuíferos y si hay afectación a la zona de cultivos orgánicos colindante con el proyecto, que representa una actividad económica primordial para el estado y que brinda muchos más empleos directos e indirectos que los que plantea la mina», expresó.
Con la reciente solicitud de autorización presentada ahora bajo el nombre Los Cardones, es la tercera ocasión que inversionistas buscan operar la mina en el sitio y han debido enfrentar un rechazo rotundo de miles de ciudadanos a través de distintos foros y consultas públicas.
El proyecto también ha cambiado de promotores, toda vez que en febrero de 2012, Vista Gold, la compañía impulsora, anunció la venta de los derechos de opción de compra del 60 por ciento de acciones a Invecture Group.
A través de Desarrollos Zapal, Invecture Group busca sacar adelante uno de los proyectos de inversión que han causado mayor rechazo entre la población, por su ubicación y los potenciales riesgos de contaminación, según han expuesto especialistas en diversos foros.
El proyecto antes denominado Concordia y Paredones Amarillos sufrió ya un revés de la Semarnat en 2010 cuando determinó desechar el trámite promovido para el cambio de uso de suelo de terrenos forestales al no presentar información adicional para acreditar la propiedad de la tierra.
La polémica por los planes para operar la mina en la región sur de la península inició en 2009, en el pueblo mágico Todos Santos, donde habitantes se organizaron para expresar su preocupación ante los riesgos de contaminación del agua, daños a la agricultura orgánica en la zona y afectaciones al turismo en La Paz y Los Cabos.
En enero de 2011, unos 9 mil manifestantes se congregaron en una playa de Los Cabos para expresar su rechazo a la mina entonces llamada Concordia y formaron las letras SOS.