Las oficinas de comunicaciones del Ministerio de Energía y Minas y de la Presidencia del Consejo de Ministros han anunciado que el Ejecutivo planea invertir este año S/. 236 millones de soles en la provincia de Espinar. También anuncian que la próxima semana delegaciones de varios ministerios visitarán esta provincia cusqueña para coordinar con las autoridades locales y regionales un conjunto de iniciativas.
El monto se desagrega en proyectos de inversión para el mejoramiento de riego; entrega de forraje; monitoreo de aguas a cargo de la Autoridad Nacional del Agua; monitoreos sanitarios a cargo de DIGESA; proyectos de saneamiento a cargo del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento; proyectos de electrificación rural a cargo de Energía y Minas; la construcción de vías bajo la responsabilidad de Transportes y Comunicaciones y la realización de estudios toxicológicos en animales a cargo de SENASA-MINAGRI.
Si bien estos anuncios son bien recibidos, no está demás reflexionar sobre el contexto de este nuevo ofrecimiento de proyectos y sobre todo lo que está pasando en la provincia de Espinar.
La semana pasada en Espinar se presentó el libro “La experiencia de la Mesa de Diálogo en Espinar 2012-2013: ¿un nuevo modelo de gestión de conflicto socio ambiental?[1], escrito por Marco Zeisser Polatsik, trabajo en el que se hace por primera vez un balance integral del proceso de diálogo que se instaló luego del conflicto que estalló el mes de mayo de 2012.
La presentación de esta publicación motivó la organización de actividades de intercambio con la población de Espinar y una mesa de presentación que contó con la participación de la congresista Verónika Mendoza, Julia Días Palacios en representación del Ministerio del Ambiente, el actual alcalde de Espinar, dirigentes sociales y el autor del libro.
Lo primero que hay que decir es que el malestar en Espinar es notorio. La población siente que el proceso de diálogo no ha servido para encontrar soluciones reales a los graves problemas de contaminación ambiental, los impactos en la salud de las personas y en las actividades económicas de las comunidades, etc. Si bien todos estos temas son reconocidos en los estudios realizados, lamentablemente no se ha establecido de manera concluyente las causas de la contaminación y lo que es más grave, los pobladores gravemente afectados no están siendo atendidos por las autoridades correspondientes. Como señaló la congresista Verónika Mendoza, “la Mesa de Diálogo de Espinar atendió algunos aspectos urgentes pero no los temas de fondo, como es el caso de la contaminación ambiental y la exposición a metales pesados”.
Además, cabe recordar que en la mesa se acordaron 120 proyectos de inversión y pese a que 95 de ellos estaban presupuestados, hasta el momento no hay mayores avances.
El malestar crece y Espinar exige no solo celeridad sino también seriedad y que las autoridades comprometidas cumplan con lo ofrecido. El próximo mes de mayo se cumplen tres años de la movilización del año 2012 y al parecer la estrategia del gobierno sigue siendo predominantemente reactiva.
Que la próxima visita de los diferentes representantes de varios ministerios permita hacer un verdadero balance, se establezcan compromisos firmes y que no solo opten por hacer grandes anuncios que luego se van diluyendo con el tiempo. La población de Espinar exige respeto, compromiso y seriedad.