El presidente uruguayo, José Mujica, admitió ayer que la instalación de la minera Aratirí es una cuestión para el próximo gobierno y que el proyecto se enfrió luego de muchas idas y venidas, dijeron miembros de la Asociación Rural al diario El País. El proyecto es muy cuestionado por amplios sectores del campo y la ciudad y motivó masivas movilizaciones.
Mujica confesó ayer ante miembros de la ARU que hace falta más análisis antes de otorgar los permisos a la empresa, que esperaba invertir más de 3.000 millones de dólares en el emprendimiento.
El presidente se presentó en un almuerzo invitado por la gremial y se espera que el sábado sea orador en el cierre de la Expo Prado. Allí hablará en público de Aratirí.