La mañana del 2 de julio ve extenderse en La Rioja la noticia de que, en razón del “accionar de grupos antimineros”, la empresa Energía y Minerales Sociedad de Estado (EMSE) y Osisko Mining Corporation llegaron a un acuerdo y firmaron la rescisión del Convenio de Exploración con Opción a Producción, lo que marcó el final del proyecto Famatina. La cláusula novena del pacto, suscrito el 31 de agosto de 2011, preveía su cancelación en caso de que se produjeran actos de fuerza mayor que obstaculizaran la posibilidad de que el programa de exploración marchase con arreglo a los planes acordados. La minera con base en Quebec, Canadá, había comprometido un presupuesto que sumaba diez millones de dólares, los que debían gastarse durante el primero de los cuatro años en los cuales su subsidiaria, Minera El Portal SA (MEP), habría de explorar exhaustivamente una zona de cuarenta kilómetros cuadrados ubicada a unos 4000 metros de altitud y a unos cinco kilómetros al este del cerro General Belgrano. Dicho accidente geográfico —cuyo pico se yergue a 6097 metros sobre el nivel del mar— es el más prominente de la zona y el principal motivo emblemático presente en el escudo de armas de la provincia.
[Entrevista con Marcela Crabbe (43), miembro de Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Famatina y Chilecito].1