30 de Diciembre de 2011
El 55% de los niños en Vetagrande tiene niveles alarmantes de plomo en la sangre, según datos del Centro de Estudios Nucleares de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). “Los niveles de plomo en sangre en los infantes analizados indican que el 55% de las muestras en estudio presentan concentraciones de este metal que los ubican en las categorías II y III que representan un serio riesgo para la salud”, dice el documento.
El estudio se aplicó a 80 niños, que son el 32% del total de menores de 15 años que viven en Vetagrande, donde la explotación minera comenzó en 1548, cuando los conquistadores españoles descubrieron La Albarrada, desde entonces fue un centro importante de extracción.
Durante más de 400 años los jales o desechos de las minas fueron depositados a la intemperie, dispersos y sin control, y debido a la pendiente de la cabecera municipal se fueron asentando en zonas que actualmente están habitadas.
Para la investigación –encabezada por Eduardo Manzanares y René Vega Carrillo- se analizaron 89 muestras del suelo se tomaron de la periferia y de sitios comunes de Vetagrande. “El promedio de plomo encontrado en el total de las muestras de suelo es de 1397mg kg-1.
Este valor supera el valor criterio de 400 μg kg-1 establecido por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos para uso residencial”, dice el documento.
El estudio concluye que hay un grave riesgo para salud humana, ya que 71.9% de las muestras colectadas el suelo no es apto para uso residencial, mientras que 20% están por arriba de la norma para uso industrial.
Una de las áreas de alto riesgo es el jardín de niños, debido a que hay un valor promedio de plomo casi cinco veces superior al permitido en países como Estados Unidos.
Estos niveles indican que el suelo es una fuente potencial de intoxicación por plomo para la población susceptible, que en este caso son los de edad preescolar (de entre 3 hasta 6 años), considerando que el organismo de los niños tiene la capacidad de absorber el plomo en porcentajes más altos que el de los adultos.
Diversos estudios señalan que la contaminación por plomo produce infertilidad, ceguera, amnesia, raquitismo, miastenia y en casos agudos la muerte.