El pasado 7 de septiembre del año en curso, la Empresa Auditora PCA INGENIEROS AUDITORES presentó el «informe» de la tercera fase de la AUDITORIA AMBIENTAL realizada a la operación minera Kori Kollo de la empresa minera Inti Raymi perteneciente entonces a la transnacional NEWMONT.
Es sin duda, la primera experiencia de AUDITORIA AMBIENTAL a un proyecto minero cuya operación minera se realizó a cielo abierto durante aproximadamente 25 años, explotando principalmente oro y otros minerales que son inherentes en un yacimiento minero de oro. La tecnología utilizada en esta operación minera era la de la LIXIVIACIÓN BASE DE CIANURO, componente químico altamente tóxico (venenoso). Estamos hablando de uno de las operaciones mineras más grandes que ha tenido Oruro en los últimos 50 años y cuya «inversión» si es que se puede considerar «inversión», hubiera llegado a aproximadamente 350 millones de $us.
Sin embargo, las comunidades afectadas por la minería aglutinadas en la CORIDUP dicen que quisieran dejar de lado, por el momento, los supuestos «beneficios» que hubo con la dotación de fuentes de trabajo a un determinado contingente que no fueron precisamente para orureños. Quisiéramos dejar de lado también el tema de las regalías para Oruro. No sabemos cuánto fue el beneficio de esta operación minera para Oruro y el país. (¿Alguien sabe cuánto oro se llevaron de Oruro?). No existe en nuestro entender, una institución y/o organización campesina que sepa con certeza cuánto benefició el referido proyecto minero a Oruro. Lo cierto es que cuando llegó la compañía minera, nuestras comunidades estaban ahí POBRES; ahora que se fueron, siguen ahí, pero igual de pobres. Vivimos en un determinado Estado, que tiene instancias y autoridades responsables que debieran haber explicado y esclarecido a Oruro estos temas de esa y otras operaciones mineras.
No obstante, lo que si nos interesa es que desde hace 20 o 25 años, nuestras tierras ya no producen como antes (la salinidad nos consume) y nuestras aguas han dejado de ser dulces o aptos para el consumo animal y peor humano. Entonces, la lucha que emprendimos desde hace 10 años atrás para lograr una AUDITORIA AMBIENTAL está dirigida a esclarecer y conocer qué ha pasado con la naturaleza que nos rodea, que ha pasado con nuestras tierras o el hábitat que implica la vida integral de toda la cuenca endorreica de los lagos Uru – Uru y Poopó.
Aquí cabe definir entonces, si el tema tiene o no tiene importancia para el departamento de Oruro. Un hecho que no está en discusión, es que para las comunidades afectadas, es cuestión de vida o muerte (de vida o migración).
Como dijimos al inicio, el «informe» fue entregado el 7 de SEPTIEMBRE del año en curso, es decir suficiente tiempo para que nuestros parlamentarios digan «ESTA BOCA ES MIA». Esto es, encarar la problemática de la AUDITORIA AMBIENTAL con total responsabilidad o sea haciendo que técnicamente se comprenda y se haga comprender a las comunidades afectadas y a Oruro en su conjunto, que si lo realizado por la empresa auditora fue o no fue una AUDITORIA AMBIENTAL. Queda claramente establecido que, la principal función de un parlamentario es FISCALIZAR.
Desde la fecha del informe, la CORIDUP ha ido sosteniendo que la AUDITORIA AMBIENTAL no era la AUDITORIA que esperábamos. NO SE NOS DICE QUE HA PASADO CON LA UTILIZACIÓN DE MILES Y MILES DE TONELADAS DE CIANURO en la operación minera de Kori Kollo en tantos años de explotación minera. Excepto algunos, los municipios involucrados están callados a pesar de que la Ley 2028 establece sus responsabilidades y a pesar de que el referido informe lo han tenido en su poder al día siguiente de la presentación del informe.
Por su lado, sólo la Comisión de Medio Ambiente de la Asamblea Legislativa Departamental de Oruro ha demostrado al menos alguna voluntad por esclarecer el tema. Aunque no se hace lo suficiente, pero al menos entienden que el problema debiera ser debatido por todos los sectores de la orureñidad. ¿A dónde nos conducirá el silencio?
Ciertamente que el tema es eminentemente técnico. Entonces, se recurrió a la Universidad (UTO) a quienes también se les hizo llegar el referido «informe» con la esperanza de que se orientara a la institucionalidad de Oruro sobre estos temas tan lacerantes y tan urgentes.
Nuestra Brigada Parlamentaria tiene en su poder el «Informe de la Auditoría Ambiental» desde hace mucho tiempo y sólo se guardan silencio. La Universidad, una entidad dedicada a la ciencia, teniendo la mejor oportunidad para demostrar científicamente si hubo o no contaminación, también guarda silencio. Muchos «ambientalistas» de Oruro, que saben que el 7 de septiembre se ha emitido un «informe», también guardan silencio. Y así, en Oruro se mantiene un silencio parecido a la complicidad.
Clemente Paco Huanca