El año 2018 será clave para Codelco, Enami, Glencore y Anglo American, debido a que son las únicas mineras que en Chile poseen fundiciones -operación hidrometalúrgica que permite separar los metales nobles del cobre- y a ese año deberían haber materializado inversiones por US$ 2.400 millones para elevar el nivel de captación de emisiones, según establece la norma oficial.
Se trata del Decreto N° 28, que en 2013 emitió el Ministerio de Medio Ambiente para fijar, a contar de 2018, límites a la emisión de material particulado (MP), dióxido de azufre (SO2), arsénico (As) y mercurio (Hg) para las fundiciones. Según el texto, esas restricciones se adoptaron, porque “existe suficiente evidencia que comprueba los efectos adversos crónicos y agudos sobre la salud de las personas y sobre el medioambiente”.
Pero a cuatro años de cumplirse el plazo, el diagnóstico en la industria es uno: Chile debería aplazar la entrada en vigencia de la norma, pues el país igual quedará desfasado, ya que en el mundo las principales fundiciones captan el 99% de las emisiones. La opinión es compartida por la Comisión de Minería y Energía del Senado, la que preparó un informe sobre la materia, luego de una ronda de audiencias con los principales actores del sector entre mayo y junio últimos.
“Se estima más razonable postergar la entrada en vigor de la exigencia de capturar del 95% de material contaminante, establecida en principio para 2018, y abstenerse, por el momento, de realizar sólo adecuaciones en instalaciones que han quedado tecnológicamente desfasadas”, dice el documento que los parlamentarios aprobaron el miércoles pasado por unanimidad y al que accedió La Tercera.
El texto agrega que es mucho más eficiente hacer “un esfuerzo sustancialmente mayor” para someter a las fundiciones a una modernización profunda y consistente que las habilite para alcanzar capturas del 99% o incluso más. Para concretar esas inversiones, el Senado propone la creación de una alianza público-privada que comparta los riesgos inherentes de la actividad, pero también las inversiones y utilidades que deriven de ella.
La viabilidad de estas propuestas las abordará el grupo senatorial el miércoles con los ministros de Minería, Aurora Williams, y de Hacienda, Rodrigo Valdés.
Fundiciones: rol estratégico
En Chile hay siete fundiciones: cuatro de Codelco, una de Enami y dos privadas (ver infografía). El proceso de fundición y refinación de mineral permite la elaboración de cátodos de cobre, producto con valor agregado que se vende a mayor precio en el mercado externo.
Pero Chile comercializa más concentrado de cobre. En 2014 produjo 5,8 millones de toneladas de metal rojo, de los cuales 3,9 millones fue concentrado y sólo 1,4 millones pasaron por proceso de fundición. El saldo fue exportado como concentrado, en especial a Asia.
China es el principal actor en el negocio de las fundiciones y es el que establece los precios de tratamiento y refinación (TC/RC) cada fin de año. “Existen a nivel mundial tres jugadores relevantes que procesan el 45% de la oferta total de concentrados que se transa en el mercado. China, con 14 millones de toneladas al año; Japón, con seis, y Chile, con 5,8 millones”, sostuvo en la comisión senatorial el vicepresidente de Enami, Jaime Pérez de Arce.
La situación empeora si se considera que el crecimiento productivo del cobre en Chile se hará mayoritariamente vía concentrados de cobre, agrega el académico de la Universidad Católica Gustavo Lagos. “Esto deja al país muy expuesto a la fijación de cargos por tratamiento y refinación, precios fijados por el mercado y que hoy y en el futuro estarán fuertemente influenciados por China”, asegura.
Por eso, para los senadores, “bajo ningún punto de vista es admisible que nuestro país prescinda de la industria de la fundición y refinación (Fure)”, cita el informe.
Enami: meta de rentabilidad
El caso de Enami es el más complejo, afirma Pérez de Arce. Precisa que a diferencia de las mineras, el negocio de fundición en Paipote le genera a Enami una rentabilidad que le permite desarrollar su rol de fomento para la pequeña y mediana minería. “La exigencia para modernizar Paipote es que no sólo se debe cumplir con la normativa ambiental, sino que también debe ser un negocio rentable. Si eso no ocurre, el rol de fomento de Enami se cae”, dice.
La estatal está en proceso de ingeniería del proyecto de modernización de Paipote, cuya inversión podría llegar a US$ 500 millones.