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Seminario taller a propósito de minería, hidrocarburos y contaminación: Extractivismo, nuevos caminos de dominación y resistencias

Los días lunes 21 de octubre hasta el jueves 24 de octubre, se llevó a cabo el seminario taller `Extractivismo, nuevos caminos de dominación y resistencias’, organizado por el CEDIB (Centro de Documentación e Información de Bolivia) en Cochabamba. Representantes de diferentes países latinoamericanos (Bolivia, Colombia, Brasil y Argentina) han venido para exponer sus experiencias sobre los problemas causados por la minería y otras actividades extractivistas. Durante estos cuatro días, la minería, los hidrocarburos y la resistencia contra este tipo de actividades, eran los temas principales. Claro está que los desafíos que tienen que enfrentar estos países son similares, aunque en contextos diferentes.

 

El primer día del evento se inició con la presentación sobre «Política Minera Boliviana», a cargo de Pablo Villegas, investigador del CEDIB, quién manifestó: «estamos viviendo una época mucho más dura de impactos económicos y ambientales que en el periodo del colonialismo», porque en menos de 13 años (hasta el año 2010), en Bolivia se extrajeron más metales preciosos de los que se han extraído en 157 años de colonización en toda América Latina. El crecimiento de la explotación de minerales, es la realidad común de los países participantes. Así, «en la Argentina son nueve proyectos de megaminería que se están llevando a cabo aunque las empresas mineras digan otra cosa», así declaró Lucrecia Wagner, investigadora del Instituto de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA). En Brasil, el crecimiento de la producción minera llegó al 550 por ciento entre 2001 y 2011.

El representante de Colombia, Julio Fierro, geólogo de la Universidad Nacional de Colombia, dejó en claro que «las consecuencias de la minería se dan para siempre. Los problemas quedan para siempre», por eso, los conflictos ambientales son conflictos que no se apagan.

En Colombia, la minería tiene que ver con el escenario de violencia en el país. La manera cómo los paramilitares usan a las empresas mineras (sea ilegal o legal), provocan una situación de violaciones extremas, hasta violar los derechos humanos. Es lo que ocurrió en el año 2013, cuando fueron asesinados 12 campesinos, tal como lo afirman Edgar Mojica de la Unidad Sindical Obrera de la Industria del Petróleo y Berenice Celeyta de la Asociación Nomades para el Desarrollo y la Investigación. En el caso de Argentina existe una resistencia fuerte «por la defensa del agua, la vida y el futuro de las próximas generaciones». Así también en Bolivia y en los otros países participantes.

Otro punto en común expuesto por los países participantes, es que las consecuencias de la contaminación minera llegan a pueblos indígenas y, en el caso de Colombia, también a los pueblos afro-colombianos, cuya voz no está escuchada, ni por las empresas mineras, ni por los gobiernos que son los que dan las licencias para que las empresas trabajen.

La política de explotación de hidrocarburos, también se lleva a realidad triste, al igual que la realidad minera. Son empresas transnacionales que explotan estos recursos naturales en los países del Sur; por lo que reciben muchos beneficios, pero dejan bastante contaminación. Una preocupación expresada por los países participantes, es la introducción de una nueva técnica, la fractura hidráulica o «fracking», cuyo manejo provoca consecuencias ambientales negativas de valor incalculable. Esta tecnología ya está siendo aplicada en Argentina. Actualmente en Bolivia, la aplicación de esta nueva técnica está siendo discutida con las petroleras para la implementación en tres bloques subandinos: Charagua, Irenda y Abapó.

«Ningún país del mundo, NINGÚN país del mundo… salió de la pobreza gracias a la gran minería transnacional. A veces genera fuerte crecimiento económico, pero inestable», manifestó Lucrecia Wagner. Por eso es importante que la resistencia proponga la búsqueda de alternativas ante esta explotación desmedida. En esta frase se resume el contenido del seminario taller, cuyo objetivo fue el de «profundizar las reflexiones en la búsqueda de alternativas al modelo dominante», como se puede leer en el página web principal del evento (http://www.cedib.org). Es importante considerar que los países latinoamericanos no están aislados uno del otro, y que no estamos solos en la lucha por el medio ambiente. «La consolidación de la resistencia en favor de la sociedad y la naturaleza es cada vez más fuerte», afirmó el sociólogo e investigador del CEDIB, Marco Gandarillas.

Los cuatro días de escuchar, reflexionar y poner en discusión las experiencias de los países participantes, servirán de motivación a todos para seguir en la protesta y en la resistencia, además de que nos hemos informado sobre lo que pasa en nuestras tierras afectadas por la contaminación causada por actividades extractivistas.
Marthe Janssens