La minería ha sido históricamente el principal foco de atracción de los inversionistas extranjeros que aterrizan en Chile, pero en 2013 dicha realidad cambió.
Según El Mercurio, cifras actualizadas del Banco Central (BC) revelan que el año pasado los flujos provenientes desde el exterior hacia esa industria llegaron a US$ 2.295 millones, un monto muy menor al considerar que durante el ejercicio anterior se captaron casi US$ 13.000 millones.
El año pasado, el flujo de inversión extranjera directa (IED) al país totalizó US$ 20.258 millones; esto es, US$ 8.284 millones menos que en 2012.
Si bien la baja en minería puede ser un factor transitorio —según la visión de algunos expertos—, no deja de llamar la atención que los últimos flujos de IED recibidos por el sector son lo más bajos en al menos cuatro años. Debido a que la disponibilidad de los datos oficiales solo llega hasta 2009, cuando la industria extractiva local recibió más de US$ 7.000 millones, no es posible realizar una comparación más extensa.
Gustavo Lagos, académico de la Universidad Católica, es enfático en señalar que la baja de inversión no tiene vinculación con temas coyunturales como la incertidumbre de la Reforma Tributaria. En ese sentido, argumenta que lo que más ha influido es “la decisión de las empresas de suspender nuevos proyectos de cobre en el mundo, limitándose a realizar solo las iniciativas extremadamente ventajosas».
El experto detalla que la menor inversión es producto de la debilidad en el precio del cobre, que actualmente se transa en torno a US$ 3,1 la libra, muy por debajo de sus niveles de hace tres años, cuando la unidad se llegó a cotizar sobre los US$ 4. El auge del metal rojo ha decaído en línea con la menor demanda de China, el principal consumidor de materias primas del mundo.
Otros elementos de presión, indica Lagos, han sido los altos costos de la energía en Chile, la fortaleza del dólar y el alza de los gastos laborales completos de las compañías en el mercado local, que llega a un promedio de US$ 70.000 per cápita.
«Mientras que estos factores no se modifiquen, la inversión en la minería difícilmente se acercará a los niveles del pasado», apunta.
Energía lidera
La baja de la minería le dio la entrada al sector de la electricidad, gas y agua como la industria nacional con más IED. El año pasado captó US$ 4.852 millones y superó con creces su registro de 2012, cuando incorporó US$ 2.013 millones.
El vicepresidente ejecutivo del Comité de Inversiones Extranjeras, Jorge Pizarro Cristi, valoró el registro. «Es indudable que el aumento de la IED en un área donde nuestra economía tiene desafíos tan importantes, como lo es el sector energético, es una buena noticia, y nos muestra que es posible que el país cuente con un ingreso importante de capitales sustentado en sectores distintos a los más tradicionales».
Las razones del aumento de flujos de IED se deben a la llegada de diversos proyectos de energías renovables no convencionales y de algunas operaciones específicas como la capitalización de Enersis (que alcanzó los US$ 6.000 millones entre aportes en dinero y participación en sociedades), que significan montos relevantes a nivel estadístico.
El segundo lugar con más IED captada lo mantuvo el sector de servicios financieros, que en 2013 recibió US$ 3.236 millones. Esta industria obtuvo flujos provenientes de la compra de AFP Cuprum por parte de la estadounidense Principal Financial Group, luego del desembolso de cerca de US$ 1.500 millones.å