Desde el año 1996 la Región de Atacama cuenta con un Sitio Ramsar[1] denominado «Complejo Lacustre Laguna del Negro Francisco y Laguna Santa Rosa», cuya superficie es la segunda más importante de Chile. En palabras sencillas, un Sitio Ramsar corresponde a un Humedal de Importancia Internacional, cuyas fuentes de agua que lo estructuran son fundamentales para la vida vegetal y animal. En este caso, este Sitio Ramsar coincide además con los límites del Parque Nacional Nevado de Tres Cruces e incluye el Corredor Biológico Pantanillo-Ciénaga Redonda; es un área protegida donde destaca la presencia de vegas, bofedales y cuerpos de agua que albergan a fauna de gran importancia y belleza como lo son las vicuñas, guanacos, zorros, flamencos y taguas etc. A su vez, recientes estudios confirman la presencia de Chinchilla en el sector, especie catalogada en Peligro de Extinción.
Este Sitio Ramsar y Parque Nacional se ubican en la Cuenca del Salar de Maricunga a una altitud promedio de 4000 m. La zona es de alta fragilidad, en perfecto equilibrio ecológico, con escasas precipitaciones y altos niveles de evaporación y cuya administración recae en CONAF Atacama.
Además de la belleza natural, esta zona parece contar con importantes recursos mineros que ha concentrado un fuerte interés de transnacionales que, por todos los medios, han buscado instalarse con sus faenas de explotación. Los principales proyectos mineros corresponden a El Volcán y Lobo Marte, entre otros, cuya potencial instalación implicaría aumentar la extracción de agua que podría ocasionar la muerte lenta e irreversible de importantes extensiones de humedales. Sin embargo, estas nocivas iniciativas aún no logran contar con la aprobación de las autoridades regionales, muy afines a este tipo de iniciativas.
Daño Ambiental Pantanillo
En lo concreto, esta misma zona que se ha descrito, ya cuenta con un episodio nefasto de humedales muertos provocado por la extracción de agua para faenas mineras, situación que precisamente ha frenado los proyectos mencionados anteriormente. Cabe señalar que en la zona hay una única extracción asociada a la faena minera denominada El Refugio, de la Compañía Minera Maricunga (controlada por la canadiense Kinross), la cual desde el año 1994 ha hecho uso de los recursos hídricos, situación que a la fecha ha impactado las Vegas y Bofedales del Humedal denominado Pantanillo, ubicado al sur de la subcuenca Quebrada Ciénaga Redonda, donde se localizan los dos pozos de la empresa antes mencionada.
El daño ambiental que ha provocado la faena minera supera a la fecha las 30 hectáreas, impacto que se viene generando sistemáticamente producto de la extracción del recurso hídrico. El problema es aún mayor si se considera que la empresa no ha contado con restricciones, aun cuando el problema es visible, severo e irreversible. Es más, el daño ambiental sigue avanzando, al parecer con la mirada cómplice de los servicios públicos regionales y de la propia empresa.
Ante esta situación, lo mínimo que el gobierno de Chile debe solicitar es la aplicación del denominado «Registro de Montreux», protocolo que contempla la propia Convención Ramsar para los humedales inscritos en la Lista de Humedales de Importancia en los que se están produciendo, se han producido o pueden producirse cambios en las características ecológicas como consecuencia del desarrollo tecnológico, la contaminación u otra intervención del ser humano.
No obstante, a pesar del conocimiento respecto al impacto de las faenas mineras sobre los Bofedales del Sitio Ramsar Complejo Lacustre Laguna Santa Rosa – Laguna del Negro Francisco por parte de CONAF Atacama, la SEREMI de Medio Ambiente, el SAG y la DGA, y de la denuncia realizada por el Consejero Regional Giuliano López en febrero de 2013, el caso no ha tenido visibilidad en los medios de comunicación, y ningún organismo ha solicitado la participación del Consejo de Defensa del Estado pese a que se constatado la presencia de la figura de Daño Ambiental.
Esta situación viene a emporar aún más la delicada situación hídrica y ambiental de la Región de Atacama, rica en biodiversidad y en espacios naturales, la cual ha sufrido sucesivos procesos de deterioro ambiental, que comenzaron con la contaminación del Río Salado y la costa de Chañaral[2], continuaron con la desecación del Río Copiapó y siguen con el desastre ecológico a través del daño a estas vegas y bofedales, el que avanza sin detención hasta la Laguna Santa Rosa; este último, un lugar conocido por visitantes nacionales e internacionales.
Es posible, que en algunos años recurramos nuevamente a este mismo espacio para informar de su muerte, porque da la sensación de que a nadie le importara.
[1] La Convención de Ramsar es un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos. Fue negociada en los años 1960 por los países y organizaciones no gubernamentales que se preocupaban por la creciente pérdida y degradación de los hábitats de humedales de las aves acuáticas migratorias; el tratado se adoptó en la ciudad iraní de Ramsar en 1971 y entró en vigor en 1975. Chile suscribió la Convención en el año 1981.