Más de setecientas víctimas demandan a la gigante minera Boliden que envió los desechos tóxicos
En 1983, Boliden, la empresa minera más grande de Suecia, tuvo que deshacerse de 20.000 toneladas de desechos de fundición, contaminados con plomo y arsenico, que se habían acumulado a lo largo de los años en su planta Ronnskar, uno de los sitios más contaminados de Suecia. Boliden consideró varias opciones para la eliminación de dichos desechos, optando al final por trasladarlos a la remota ciudad de Arica, en el norte de Chile, donde supuestamente serían «reciclados» por una pequeña y desconocida empresa chilena a la que Boliden pagó para que recibiera los desechos.
Sabido era también que el procesamiento del material no era una empresa fácil. De hecho, al mismo tiempo que se enviaron los desechos a Chile, Boliden señaló, en una solicitud de patente de invención, que ninguna empresa en el mundo había logrado desarrollar una forma segura para procesar aquel material altamente tóxico.
Una ciudad envenenada
Los desechos fueron dejados al aire libre a las afueras de la ciudad, a una milla del puerto sin ningún tipo de resguardo ni señalética que indicara su peligrosidad. Los niños retozaron en aquel parque tóxico durante años y el polvo contaminado con plomo y arsénico sopló por los alrededores. Viviendas populares fueron construidas a pocos metros del montón de desechos y las personas sacaron parte del material en carretillas para usarlo en la construcción de sus casas. El gobierno de Chile recientemente concluyó que el área que rodea el sitio en donde se depositaron los desechos sigue contaminada, y que las personas que viven en la zona deben ser reubicadas.
Los niños, principales víctimas
Numerosos casos de envenenamiento por arsénico y plomo han sido identificados en Arica a lo largo de los años. La mayoría de las víctimas son también las más recientes: los niños nacidos años después de que los desechos tóxicos fueron llevados a Arica e incluso después que los desechos hayan sido sacados del lugar de acopio. Cada una de las víctimas ha sido sometida a exámenes de laboratorio, los que han demostrado niveles peligrosamente altos de arsénico en sus cuerpos. Entre otras afectaciones a la salud, estos niveles de arsénico causan, entre otros, problemas respiratorios, abortos espontáneos, dolores de huesos, caída de cabello, sangramientos nasales, erupciones en la piel, cefaleas y aumentan significativamente el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer.
El caso llega a los tribunales
EDLC ha reunido equipos de abogados en Suecia y en Chile para investigar el caso. Los abogados han desarrollado sus argumentos de hecho y de derecho, trabajando con un equipo de expertos científicos y jurídicos de los EE.UU. y de Chile. A lo largo de los años, se ha solicitado a Boliden repetidamente que indemnice a las víctimas de los daños resultantes de sus acciones. Todas y cada una de esas solicitudes, incluso la última, a principios de este año, han recibido respuestas negativas. Sin otra opción, las más de setecientas víctimas de la negligencia de la empresa presentaron esta semana una demanda contra Boliden en Suecia, a fin de obtener la reparación de los daños permanentes a su salud.
Más información sobre el caso se puede encontrar en el sitio web de EDLC.