En Rio Tinto les molesta ser considerados “los malos de la película”, pero sus políticas ambientales y sociales dejan mucho qué desear.
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La destrucción de los refugios sagrados de roca en Pilbara puso en el ojo público la cultura corporativa de Rio Tinto.
JAMIE SMYTH
Ciudad de México, 22/06/2020
Al director ejecutivo de Rio Tinto, Jean-Sébastien Jacques, no le gusta que se retrate a los mineros como vándalos ambientales, y les mencionó a los inversionistas en 2018 que las comparaciones con los malos de la película Avatar lo hicieron “enojar”.
Pero sus esfuerzos para cambiar esa imagen han sufrido una paliza en las últimas semanas, después de que Rio hizo volar Juukan Gorge, un sitio del patrimonio aborigen de 46,000 años de antigüedad para dar paso a una mina de mineral de hierro.
La destrucción de los refugios sagrados de roca en Pilbara, una zona que genera dos tercios de los ingresos de Rio, puso en el ojo público la cultura corporativa del grupo minero anglo-australiano y destacó la creciente importancia de los problemas ambientales, sociales y de gobernanza.
Los grupos indígenas, arqueólogos e incluso algunos ex-ejecutivos de la compañía condenaron al grupo minero por demoler los refugios de roca nueve veces más antiguos que Stonehenge para dar paso a su mina Brockman 4. La semana pasada, Simon Thompson, presidente de Rio, fue interrogado por inversionistas, con Aberdeen Standard Investments y Legal & General expresando su preocupación sobre las implicaciones para la relación de Rio con las comunidades.
Río obtuvo el derecho legal de demoler los sitios sagrados en 2013 ante el gobierno de Australia Occidental. La compañía había negociado previamente acuerdos de títulos nativos con los pueblos Puutu Kunti Kurrama y Pinikura (PKKP), otorgándole los derechos a explotar la zona.
Pero el hecho de que Rio no abandonó la demolición cuando se descubrieron más de 7,000 artefactos significativos durante una excavación arqueológica en 2014 provocó una protesta internacional.
Es probable que el furor causado por las explosiones, que se realizaron en la víspera de la Semana de la Reconciliación Nacional, una celebración de la cultura indígena en Australia, acelere la aprobación de una legislación más estricta sobre el patrimonio estatal que podría desacelerar el desarrollo de las minas en la región más importante del mundo.
El Dato…
46,000 años
De antigüedad tenía el patrimonio aborigen que la minera dinamitó hace unas semanas
Una inminente investigación parlamentaria australiana también atemorizó a la industria minera. La semana pasada, BHP señaló que volvería a comprometerse con los propietarios indígenas para nuevas consultas públicas con respecto a 40 sitios de patrimonio cultural en los que ya se había asegurado la aprobación de una demolición para continuar con la expansión de la mina South Flank de 3,600 millones de dólares australianos (2,500 millones de dólares estadunidenses).
La Ley del Patrimonio Aborigen de Australia Occidental se redactó en 1972 y favorece el desarrollo de minas en lugar de la protección del patrimonio cultural. Los mineros pueden apelar contra el rechazo de las solicitudes de demolición por parte del gobierno, mientras que los custodios indígenas no pueden apelar contra las aprobaciones.
Rio Tinto culpó de la destrucción de los refugios a un “malentendido” con el PKKP, sugiriendo que no se le informó sobre las preocupaciones recientes del grupo indígena a tiempo para evitar que las explosiones continuaran. Puso en marcha una investigación interna.
Jean-Sébastien Jacques se mantiene al margen de la controversia. “Lamentamos mucho la angustia que hemos causado al PKKP en relación con Juukan Gorge y nuestra principal prioridad sigue siendo la reconstrucción de la confianza”, mencionó el viernes, dos semanas después de la demolición de las zona.
Los expertos en minería están sorprendidos por la decisión de la compañía de destruir los sitios sagrados, al tener en cuenta su liderazgo previo en temas indígenas. Pero los críticos alegan que es la consecuencia previsible de la reducción de costos desde el colapso de la minería en 2014 y una reestructuración corporativa dirigida por Jacques, que según ellos rebajó la división de la comunidad y desempeño social dentro de Río, al colocarla bajo el departamento de relaciones corporativas.
“La práctica y la garantía del Desempeño Social, la “S” de ESG, deben verse como una línea de rendición de cuentas de la misma manera que lo es el desempeño en salud, seguridad y medio ambiente”, le dijo al Financial Times Bruce Harvey, exlíder de práctica global: comunidades y desempeño social en Rio Tinto y quien dejó el grupo en 2013.
Rio niega que la reestructuración o la reducción de costos socavó sus esfuerzos. Pero si Jacques quiere resucitar la imagen de la industria, tendrá que hacer mucho más para convencer a las partes interesadas de que está comprometido a ser un buen ciudadano corporativo.
https://www.milenio.com/negocios/financial-times/rio-tinto-cambiar-imagen-afectar-patrimonio-aborigen