05/07/2022
Imágenes de la limpieza del río Chillón tras el derrame de concentrado de zinc. Foto: El comercio
En los últimos días hemos visto cómo la actividad minera puede poner en serio riesgo a las cuencas de los ríos que abastecen de agua a las ciudades de Lima y El Callao. Para visibilizar estos riesgos, CooperAcción ha elaborado una infografía detallada donde se puede ubicar proyectos mineros cuestionados, depósitos de relaves y accidentes recientes.
El caso más reciente fue el 13 de junio: el derrame de 35 toneladas de concentrado de zinc en el río Chillón por parte de una empresa que realiza transporte de minerales para la minera Volcan, propiedad de la transnacional Glencore.
El derrame en el río Chillón provocó la muerte de más de 600 toneladas de truchas de criaderos de la zona, además que encendió las alertas en varias entidades del Estado. Los municipios de Lima norte están bajo alerta, y el Ministerio de Salud declaró una alerta epidemiológica. Los trabajos de limpieza continúan, pero la población sigue asustada por la presencia del zinc y otros elementos del concentrado que se derramó en las aguas del Chillón.
Pero este no es el único caso. Existen otros casos emblemáticos que cabe recordar por sus serias implicancias para las fuentes de agua de las comunidades aledañas, pero también para toda Lima Metropolitana y El Callao.
Relaves de la mina Huampar en Santa Eulalia
A mediados de abril, ciudadanos de la cuenca del río Santa Eulalia denunciaron que el desprendimiento de relaves mineros de Mina Huampar está contaminando las cuencas del valle de Santa Eulalia y del río Rímac.
La Mancomunidad Municipal del Valle Santa Eulalia, liderada por su presidenta Cecilia Espinoza, denunció la grave emergencia sanitaria ocasionada por bloques y desprendimientos del relave minero de la Mina Huampar ubicado en la Zona de Cunay.
La Autoridad Nacional del Agua (ANA), atendió una alerta ambiental por una posible afectación a las aguas que circulan en la parte media de la microcuenca de los ríos Santa Eulalia y Rímac. Informó que el pasivo ambiental que existe en la zona es producto de un relleno de material de relave por actividades mineras que se desarrollaron años atrás.
El relave minero causante de la emergencia ambiental es un pasivo minero que perteneció a la Compañía Minera Huampar, la cual se encuentra abandonada desde hace 30 años, según refieren pobladores de la zona.
Los riesgos de los relaves de Tamboraque
Por otra parte, existe el peligro de los relaves mineros de Tamboraque, zona que se ubica en el distrito de San Mateo, en la provincia limeña de Huarochirí, a la altura del kilómetro 90 de la Carretera Central. Los depósitos de relave (canchas 1 y 2) corresponden a la mina Coricancha, que operaba la compañía San Juan desde los años 50.
A inicios del 2008, los cerros empezaron a mostrar evidencias de inestabilidad por la activación de un deslizamiento de tierras. Ese año, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) declaró el estado de emergencia del cerro por el plazo de sesenta días calendario (tuvo varias prórrogas). Ese mismo año, la mina y sus pasivos pasan a manos de NYRSTAR y luego a Great Panther Coricancha S.A.
Osinergmin confirmó que la empresa Great Panther Coricancha S.A. – que compró la mina en el 2015– mantiene pendiente el traslado de aproximadamente 140.000 m3 (casi 140.000 toneladas) de relaves remanentes que se ubican al pie de la ladera del cerro Tamboraque, adyacente al río Rímac. Esta cantidad representa el 37% del total de desechos mineros. El 63% –la empresa asegura que es el 65%– ya ha sido trasladado al depósito de Chinchán.
La continuidad del traslado, sin embargo, está suspendida en medio de una disputa legal y las 140 mil toneladas de desechos minerales en Tamboraque aún no se trasladan.
El caso de la mina Ariana
La concesión del proyecto minero Ariana, ubicado en Junín, se superpone al sistema hídrico de Marcapomacocha y se ubica a 500 metros de distancia del túnel trasandino por el que pasa aproximadamente el 60% del agua que abastece a Lima y El Callao.
La posibilidad de que un evento imprevisto –como un sismo, lluvias intensas o un accidente– cause el colapso de la presa de relaves tóxicos es elevado. Esto implicaría un corte del abastecimiento de agua potable para la capital del país y sus más de 10 millones de habitantes.
Por ello, el año 2019 un grupo de ciudadanos interpuso una demanda legal en contra de la mina Ariana para que esta paralice sus operaciones por poner en riesgo el agua de Lima y Callao.
La empresa a cargo del proyecto, Southern Peaks, también fue operadora de Compañía Minera Quiruvilca, proyecto ubicado en La Libertad. Durante sus años de operación, la unidad minera recibió diversas sanciones por parte del OEFA.
El 2021, Sedapal solicitó ser incluido en el proceso judicial como demandante, lo que fue aceptado por el juzgado al ser parte interesada en la protección de las fuentes de agua para el abastecimiento de la capital.
Pese a que hasta la fecha se han realizado tres audiencias y ya se han escuchado los argumentos tanto de la empresa como de la parte demandante, han transcurrido tres años y aún no hay sentencia.
Vea la infografía con las zonas de riesgo por actividades mineras elaborada por CooperAcción:
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