Bogotá – La apuesta de Colombia por convertir al sector de hidrocarburos en un jalonador de la economía le supondrá al Gobierno tareas precisas y contundentes para evitar un estancamiento en la producción. Dentro de estas líneas, aumentar las reservas, acelerar y destrabar las licencias ambientales, y reducir los efectos de los atentados a la infraestructura son algunos de los retos que no dan espera y que el Gobierno de Juan Manuel Santos debería priorizar para el periodo restante en 2014.
Asuntos Energéticos conversó con Alejandro Martínez, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), quien además del estos temas, también destacó los problemas sociales como una de las trabas que vive el sector.
¿Cuáles son los retos que la asociación ha identificado?
Hay dos grandes retos que tiene el sector. En materia de petróleo y gas es, indudablemente, aumentar las reservas del país. Y, desde el punto de vista de mercado, es importante contar con un marco de política del sector.
¿Qué hay que hacer en el tema de las reservas?
Allí hay dos alternativas: una, impulsar las inversiones en campos existentes, que requiere mucho capital y tecnología de punta; y la otra es el descubrimiento de nuevos yacimientos.
¿Qué tantas probabilidades hay de nuevos descubrimientos?
Hay dos principales opciones que tendría el país para nuevos descubrimientos: están por supuesto todos los crudos pesados y livianos de los Llanos Orientales; y exploraciones Offshore en el mar Caribe y todo lo relacionado con no convencionales en Magdalena.
¿Y está el escenario listo para estas exploraciones?
En materia de no convencionales hay algunas tareas. Uno, realizar la labor exploratoria para ver si en esa formación geológica hay o no el recurso. Y, lo segundo es que, en caso de que sí haya, hay que ver si la industria va a poder reducir los costos de producción a un nivel que vuelve viable los proyectos de no convencionales.
Y ¿Cómo avanza el tema de la regulación para no convencionales?
Aún no hemos podido arrancar las inversiones porque estamos a la espera de unas regulaciones de carácter técnico y ambiental, para garantizar la producción de los pozos, y el establecimiento de los requerimientos para desarrollar las exploraciones.
¿Han hablado con los ministerios? ¿Cuándo van a solucionar esas regulaciones?
Esperamos que este mes salgan expedidas y podamos empezar a hacer perforaciones exploratorias. Además, esperamos que las licencias salgan en un tiempo de seis meses, como la ley lo establece, y no en 14, como está pasando. Sino, nos tocaría esperar hasta 2015.
¿Estamos en un momento de urgencia para definir estas licencias y que haya más exploraciones?
Yo creo que sí, porque las reservas del país dan para 6,9 años. Y entre la firma del contrato y tener barriles en oleoductos hay siete años. Y para no convencionales, hay ocho. Así que estamos apenas a tiempo.
Definir la regulación
Aunque el sector de hidrocarburos cuenta con la regulación adecuada en el tema de convencionales, otro es el panorama cuando se habla de los yacimientos no tradicionales. En esta línea, debido a la alta inversión que se requiere en tecnología y exploración, hace falta definir un marco regulatorio que aclare cómo se deben desarrollar estas explotaciones para garantizar la producción.
Aumentar las reservas
Reiterado es el llamado de alerta que tienen los líderes gremiales a aumentar las reservas del país. Sin embargo, esta no es una tarea que se pueda solucionar de la noche a la mañana. Para esto, la gestión de la ANH en la adjudicación de suelos para explorar, y las inversiones en los yacimientos existentes, serán determinantes.
Acelerar las licencias
La queja sobre las demoras de las licencias no es nueva. Sin embargo, si el país aspira a que más empresas lleguen a invertir en el sector, es necesario que se agilicen, sin perder eficiencia, para que las petroleras y gasíferas puedan colocar sus proyectos a producir.
Atentados a la infraestructura
Aunque los atentados a la infraestructura petrolera solo le han costado un 1% a la producción de crudo, el panorama es más preocupante cuando se incluye el daño a la red eléctrica y las comunidades del país. Es por esto que las empresas y poblaciones le piden al Gobierno que intensifique la seguridad, y garantice la protección de las inversiones.
Reducir las protestas
Una de las tareas en las que más ha insistido el ministro de Minas, Amylkar Acosta, es la licencia social, porque las protestas de las comunidades están dificultado el flujo de las operaciones y producción. Pero, debido a que éstas reclaman sus derechos, se hace necesario articular el diálogo entre las poblaciones y las empresas.
La opinión
Orlando Cabrales
Viceministro de energía
“Hay futuro en no convencionales, pero el gobierno avanza en la estructuración”
Merian Araujo R