14 de Mayo de 2012
Capítulo 1: «El desembarco»
Algunos años antes de Jesucristo los más poderosos, llevados por su codicia, se lanzaron a ocupar todas las tierras montañosas situadas al Oeste.Pero, en su intento, se encontraron con una aldea poblada por simples y valientes aldeanos que amaban esas montañas y resistieron al invasor.
Sin embargo, el poderoso Yamanopulos Marronis, líder de las legiones que pretendían extraer minerales de las regiones mas alejadas, se encontraba ya cansado que un puñado de aldeanos locos aplaste una y otra vez a sus ejércitos y le impida adentrarse en las montañas para llevarse el precioso mineral.
Por eso decide trasladarse El mismo a esa pequeña Aldea rodeada de montañas inservibles que guardan riquezas, y hacerles una nueva oferta a los habitantes del poblado.
Pero, como Yamanopulos Marronis no manejaba el idioma de esta gente retrasada en el tiempo, decide elegir a algunos de los aldeanos que se encuentren dispuestos y que reúnan ciertas cualidades, para que sean sus interlocutores ante la población.
Como era costumbre, Yamanopulos Marronis se contactó primeramente con los gobernantes de la Aldea, a quienes de inmediato convenció de los beneficios que traería la extracción de riquezas de esas montañas tan peladas. Muy contento consiguió un colaborador que operarían desde adentro para lograr tan ansiado desarrollo de la aldea. Pero le advirtieron que ellos no podrían mostrarse abiertamente porque habían sido elegidos por el pueblo, así que deberá encontrar alguien mas valiente y dispuesto…
Yamanopulos Marronis, comenzó a buscar detenidamente entre los aldeanos, y tras encontrarse con una férrea oposición a participar de las numerosas entrevistas que realizó, creyó encontrar dos personajes inmejorables para la tarea.
Se trataba del astuto Busterius Crassus y su mejor amigo Verterix, que, como todo el mundo sabía en el pueblo, amaban las riquezas y los bienes suntuarios, pero que continuamente se metían en líos por su cuenta, siempre con el objetivo de mejorar su posición económica y formar parte de la «punta» de la pirámide social.
Busterius Crassus poseía habilidades de «lenguaraz» y según El mismo «si lo dejaban hablar jamás iría preso». Mientras que Verterix poseía conocimientos de «curandero» y resultaba muy amable y conquistador de corazones, cualidades afianzadas por su porte elegante y sus ojos «penetradores».
Yamanopulos Marronis invitó a estos alegres y suspicaces personajes a su «ciudad de oro», y allí los adornó de espejos, colgantes, brillos y … algunas monedas. Les explicó que su tarea sería la de convencer a los aldeanos sobre la necesidad de «trabajar junto a Yamanopulos Marronis» para perforar prolijamente las montañas y desenterrar las riquezas, mediante «agujeros» realizados muy prolijamente que luego serán tapados, sin que se note nada de nada…
Yamanopulos Marronis fué muy claro y les explicó que contarían con el inapreciable apoyo del gobierno de la aldea, y les dió el nombre de quien colaboraría con ellos. Se trataba nada mas y nada menos que de el gran Damiantulliano Boborum, a quien nuestros personajes ya conocían de antemano.
Nuestros amigos, confiados en sus cualidades, cuidadosamente exaltadas por Yamanopulos Marronis, decidieron emprender su regreso a la aldea con el claro objetivo de conquistar a sus vecinos con la nueva propuesta. Pero, antes de partir, Yamanopulos Marronis les otorgó lo que dió en llamar «la llave de todas las puertas».
Les entregó una bolsa cargada de monedas, mientras les decía: …»esta bolsa representa el poder. Es como una poción mágica que les permitirá convencer a los aldeanos y echar a quienes no quieran aceptar nuestra propuesta. Utilicen esta bolsa para que nadie les pase por encima, y utilícenla para pasar por encima de quienes se opongan»…
Los héroes llegaron a la aldea y prontamente se contactaron con los representantes del gobierno. La estrategia sería la siguiente: deberían sembrar entre los pobladores la sensación de «pesimismo». Deberían convencerlos que es necesario cambiar todas las actividades del pueblo para poder lograr una «verdadera y gran ciudad», que sea igual o mejor a la «ciudad de oro» que Yamanopulos Marronis les había mostrado. Los aldeanos deberán entender que los paisajes que los rodean poseen en sus entrañas importantes riquezas, y que enterradas no sirven para nada. Que la mejor salida para que la aldea crezca es aceptar la llegada de Yamanopulos Marronis, que traerá suficiente trabajo y progreso para todos.
Damiantulliano Boborum se comprometió a enviar a todos aquellos vecinos necesitados de trabajo para que se entrevisten con Busterius Crassus y de esta forma los iría convenciendo del nuevo emprendimiento, y de esa forma crear una legión y derrotar a los pocos aldeanos fundamentalistas.
Busterius Crassus, que como habíamos dicho poseía dotes de lenguaraz y era reconocido por sus continuas campañas a favor de los mas ricos y poderosos del pueblo, logró rodearse de algunos aldeanos, mediante engaños y gracias al uso de la bolsa mágica de monedas. Uno de ellos, el hábil artesano Severio Itamuttio, ideó lo que ellos denominaron «la bocina». Se trataba de un cono abierto en ambos extremos, que permitía amplificar el sonido de las voces si se hablaba del extremo mas pequeño, y decimos esto, porque cuentan algunos que, al querer utilizarlo por primera vez, Busterius Crassus lo uso al revés…
Una vez familiarizado con el artefacto, Busterius lo utilizaba cada mañana para tratar de convencer a la gente del pueblo. Además, gracias a las monedas que repartía, tenía un grupo de seguidores que también se acercaban y dejaba mensajes a favor de Yamanopulos Marronis para que se leyeran en la bocina.
Ambos personajes mantenían en secreto su condición de «enviados de Yamanopulos» , mostrándose siempre como «parte de la aldea», intentando disfrazar sus verdaderas intenciones.
Mientras tanto, la bolsa de monedas se vaciaba, y los resultados no parecían satisfacer al poderoso Yamanopulos.
Fue entonces, cuando Verterix, entre juerga y juerga, ideó un plan estratégico…
¿Les alcanzará la bolsa entregada?
¿Los esperará Yamanopulos Marronis el tiempo necesario?
¿Lograrán nuestros personajes su cometido?
Próximo capítulo: Vamos Ganando…