08 de Noviembre 2011
Por María Elena Hidalgo
Ocho de cada diez pobladores de Huasmín, Encañada y Sorochuco son pobres, pero prefieren el agua a los beneficios de la explotación minera.
Elegir entre el agua y el oro es lo mismo que escoger entre la vida o la muerte para los pobladores de los distritos de Huasmín y Sorochuco, de la provincia de Celendín, y de Encañada, de la provincia de Cajamarca. Ellos rechazan el proyecto minero Conga, que demandará una inversión de 4.800 millones de dólares, una de las más grandes en la historia del país. No lo quieren porque es una amenaza para los recursos hídricos. Sin agua, dicen los comuneros, se mueren.
Y sin embargo Conga podría representar para los tres distritos una notable inyección de recursos por el canon minero. Hoy, según cifras del Ministerio de Economía y Finanzas, Huasmín percibe 1,7 millones de soles por concepto de canon minero, mientras que Sorochuco 1,2 millones. En cambio, Encañada recibe 21,3 millones de soles, lo cual representa más del 90% de su presupuesto (26,8 millones de soles). Pero para los pobladores no se trata sólo de dinero.
El oro no se bebe
“Dicen que somos antimineros y que no queremos el desarrollo, pero no es así. Lo que no queremos es que afecten nuestras aguas que usamos para nuestro consumo y el de nuestro ganado. Queremos que se conserven nuestras lagunas naturales”, dice Daniel Gil Terrones, poblador del caserío El Lirio.
“El conflicto estalló debido al traslado de cuatro lagunas ubicadas dentro de las seis mil hectáreas de terreno que son parte del proyecto Conga, de la compañía minera Yanacocha. Según los funcionarios de la empresa es necesario remover las lagunas porque ponen en peligro la explotación de cobre y oro.
El proyecto Conga se encuentra ubicado en la cabecera de cuenca de los ríos Jadibamba, Chirimayo, Chugurmayo, Quengorio y Rejo, afluentes del Sendamal (Celendín). También el Chaullagón, afluente del Chonta (Cajamarca), y el Quengorío, afluente del Llaucano (Bambamarca).
Estos ríos serían afectados por el traslado de las lagunas Perol, Cortada o Mala, Azul y Chica. Estas serán trasvasadas a los reservorios Chailhuagón, Perol, Inferior y Superior que construirá Yanacocha.
Pobres pero dignos
Es una paradoja. Las comunidades que se oponen al proyecto minero Conga se encuentran entre los más pobres del país. Virtualmente ocho de cada diez pobladores viven en la pobreza. En efecto, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en Huasmín el 88,3% es pobre y el 50% vive en extrema pobreza. En Sorochuco el 79,1% es pobre y el 46,3% habita en extrema pobreza. Y en Encañada, 78,5% es pobre y el 44,3% extremadamente pobre. En Encañada, que recibe importantes transferencias por canon minero, estos recursos parece que no han servido para aliviar el sufrimiento de las comunidades.
Cualquiera que no vive en Encañada, Huasmín o Sorochuco dirá que los campesinos están locos por rechazar al proyecto Conga, porque podrían cambiar radicalmente sus vidas con el canon minero. Pero no es así de simple. Los comuneros prefieren el agua, que es la vida.
Las autoridades de los diferentes caseríos del distrito de Huasmín se congregaron el pasado jueves en el caserío de San José de Pampa Verde, para reunirse con el presidente de la región Cajamarca, Gregorio Santos Herrera, y el alcalde de Huasmín, José Marín Agusti. En el encuentro, los pobladores afirmaron que no aceptarán la remoción de las lagunas altoandinas, que forma parte del proyecto Conga.
Huasmín es un distrito ubicado a 106 kilómetros de la ciudad de Cajamarca. La gran parte de su comunidad se dedica a las labores de agricultura y ganadería. Sus cultivos son diversos debido a que cuentan con cuatro microclimas que les permite cosechar arroz, oca, papa, coca y maca, en la zona más alta; y plátano, yuca y caña de azúcar en la parte baja.
Diferencias que matan
Huasmín cuenta con 68 caseríos y se estima que 45 serían afectados por los trabajos de la mina.
La compañía del proyecto Conga sólo ha reconocido a 15 caseríos dentro de su área de influencia. A diferencia del resto, la minera les dará trabajo y apoyo social a los pobladores de esos 15 caseríos. Al resto, nada.
Esta diferencia que promueve la minera entre los caseríos ha gestado encono, un sentimiento de discriminación y humillación: el principal combustible de los conflictos sociales.
Esto explicaría por qué los pobladores y las autoridades de Cajamarca acordaron en Pampa Verde declarar improcedente al proyecto Conga y solicitaron el retiro inmediato y definitivo de la compañía Yanacocha en la zona.
Los 1.500 comuneros que asistieron a la reunión decidieron organizarse caserío por caserío y ronda por ronda, para contrarrestar la campaña de convencimiento que la minera ha emprendido en la zona en busca de aceptación sobre las bondades que Conga traería a los pobladores.
“Le pedimos al presidente Humala que cambie a esos ministros. Por ejemplo, el primer ministro Salomón Lerner ha dicho que el proyecto Conga seguirá adelante luego de que se solucionen ‘algunos aspectos técnicos’”, dijo el secretario general de la Plataforma Interinstitucional de Celendín, Milton Sánchez.
Con una inversión estimada en 4.800 millones de dólares –de los que ya se desembolsaron 60 millones–, en estos momentos Conga se encuentra en la primera etapa de su construcción, es decir, en la edificación de los reservorios para luego dar paso a la construcción de la mina y, finalmente, el equipamiento de la misma.
Vale el esfuerzo
Representantes de Yanacocha sostienen que el problema suscitado con las comunidades es producto de la desinformación que promueven las autoridades. Sostienen que las comunidades que han recibido información correcta apoyan plenamente el proyecto.
De acuerdo a los estudios presentados por el proyecto Conga, los reservorios de Chailhuagón, Perol e Inferior serán de consumo exclusivo de las comunidades, mientras que el agua del reservorio Superior será compartido entre la comunidad y la mina.
“El agua que usará la mina del reservorio Superior será almacenada e ingresada a una planta de tratamiento, y luego será vertida al reservorio Inferior y usada por la comunidad. Esta agua será de nivel tres, el mismo nivel con el que cuentan actualmente las aguas de las lagunas. Hay que tomar en cuenta que el proyecto Conga usará el proceso de flotación para extraer los minerales y no se usará cianuro”, argumenta Marco Balcázar.
“Se quiere afectar la cabecera de cuenca donde nacen los ríos que van hacia Bambamarca, Cajamarca y Celendín. Las labores de minería destruirán los bofedales y humedales que son zonas de recarga de agua y que serán usados como botaderos y tapados por los desmontes de la mina. La región no lo puede permitir.
Protegeremos las lagunas con la ley en la mano”, se pronuncia el presidente Gregorio Santos. Con el anuncio de Santos, todo indica que el conflicto por Conga recién comienza.
“Es todo un ciclo de vida que se puede cortar”
1] Para el gerente de Recursos Naturales y Gestión Ambiental de la región Cajamarca, Rolando Reátegui Lozano, el trasvase del agua afectará irreversiblemente el caudal de los ríos que se alimentan de estas lagunas, además de los humedales y acuíferos que hay en la zona, lo cual alterará los ecosistemas que dependen de dichas fuentes de agua.
2] “No se dan cuenta que las lagunas que forman los ríos que van hasta el Marañón y el agua terminan en el mar. Eso es todo un ciclo de vida que se piensa cortar”, señala Rolando Reátegui Lozano.
3] Según el proyecto minero Conga, de la minera Yanacocha, una vez que se trasvase la laguna Perol, su lecho se convertirá en un tajo abierto de 800 metros de profundidad. Las autoridades de la región Cajamarca han dicho que ese trabajo afectará la quebrada del río Chirimayo y al río Jadibamba, y por tanto dañará la cuenca del río Sendamal.
4] De igual modo, el cambio de colocación de las lagunas Chica y Azul dañará la quebrada del río Ferrullioc, que nace a partir de estas dos lagunas.
5] Los pobladores de la comunidad Huasmín aseguran que invitaron a los ministros de Energía y Minas, de Agricultura, y de Medio Ambiente, a la reunión que sostuvieron el jueves pasado en la localidad de Pampa Verde, pero fueron totalmente ignorados por estos funcionarios.
Opinión
Perspectiva. Para el padre Marco Arana, conocido experto en conflictos sociales originados por problemas socioambientales, el proyecto minero Conga afectará no solo las lagunas sino también los ríos, manantiales, afloraciones y los humedales de la zona.
Afectación. “Todo está interconectado. No es verdad que sólo se trata de trasvasar las lagunas. Los ejecutivos de la minera afirman que habrá nuevas filtraciones de manera natural, pero eso no es posible”, explica el padre Marco Arana. www.ecoportal.net