Los altos precios internacionales de los minerales, especialmente del oro y la plata, están generando un repunte de la presencia, en América Latina, de nuevos proyectos de explotación minera a gran escala, basados en procesos de lixiviación por cianuro.
De manera paradójica, en mayo de este año, el Parlamento Europeo emitió una histórica resolución, proponiendo la prohibición del uso del cianuro en la minería de ese continente, debido a los graves efectos que implica ese reactivo, especialmente para el agua y la biodiversidad.
Aquello muestra que, mientras acá las empresas transnacionales intentan deslumbrarnos con los discursos de la “nueva” minería química, con la colaboración de nuestras autoridades, quienes nos las presentan como una forma para salir de la pobreza, allí esos discursos ya no se las creen, como afirma una parte de la Resolución Europea: «La posibilidad de que ocurra un accidente (en minería a gran escala con uso de cianuro) es sólo cuestión de tiempo.»
Considerando además que, el aporte económico de la minería química del cianuro es en realidad un mito, tras el cual se que esconde la real amenaza para nuestros pueblos y las enormes utilidades para las empresas mineras. Así por ejemplo, revisando datos del 2008, nos encontramos que las exportaciones de oro, registradas ese año, alcanzaron la cifra de 142,14 millones de dólares, de los cuales Bolivia recibió apenas solo 9,71 millones es decir el 7%, en tanto el restante 93% va a beneficio de los capitales transnacionales.
A ello, se debe agregar que los estándares de control del uso del cianuro, en nuestro país, son muy generales y adolecen de vacios, sumiéndonos en una total desprotección ante los riesgos de este tipo de minería, que como refleja la resolución europea, es cada vez mas rechazada en el mundo entero.
Por ello, Bolivia requiere con urgencia adoptar medidas que protejan a su población y sus ecosistemas de los riesgos de la minería química del cianuro. Siendo que, actualmente el nuevo Estado Plurinacional ha puesto en la discusión mundial el debate sobre los derechos de la Madre Tierra en el marco de la cumbre de Cancún contra el calentamiento global y el cambio climático, es oportuno también que pueda asumir un protagonismo central en promover la prohibición del cianuro en la industria minera a nivel mundial y comenzar por adoptar medidas rigurosas de control sobre el uso de este reactivo en Bolivia, que conlleven a una restricción total de su uso en un determinado plazo.
Las instituciones miembros del Observatorio Boliviano de Conflictos Mineros de Bolivia (OBCOM) nos sumamos al lanzamiento oficial de la campaña internacional por la prohibición del cianuro en América Latina que impulsa el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL) y llamamos a la población, las organizaciones sociales y defensores de la Madre Tierra a sumarse a esta campaña.
Oruro, 26 de noviembre de 2010.