18 de Mayo 2011
Guillermo Palomino, integrante del equipo técnico de Fuerza 2011, ha señalado que de llegar al poder esa agrupación, la supervisión de las empresas mineras volvería al Ministerio de Energía y Minas.
Como se sabe, en la actualidad esta tarea la realiza el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), como parte de un proceso que apunta a darle mayor autonomía a las tareas de fiscalización de las operaciones mineras y así ir construyendo una gestión ambiental de carácter transectorial en el país.
El representante de Fuerza 2011 ha declarado que “el Ministerio del Ambiente podría ser juez y parte y lo más conveniente es que (la inspección) salga desde donde se están promoviendo los proyectos mineros, que sería el Ministerio de Energía y Minas” (Gestión 13 de mayo 2011).
Llama poderosamente la atención esta propuesta porque precisamente el Ministerio de Energía y Minas fue duramente cuestionado cuando tuvo a su cargo esta tarea. La transferencia de esta responsabilidad, primero al OSINERGMIN y luego a la OEFA, significó el reconocimiento que no era adecuado que la autoridad que tiene como misión que la minería crezca (Energía y Minas), tenga al mismo tiempo la tarea de fiscalizarla.
De implementarse la propuesta de Fuerza 2011 sería un peligroso retroceso. La tendencia global en los países que han desarrollado una gestión ambiental eficiente y moderna y que además cuentan con industrias extractivas, es la de haber apostado por una gestión ambiental autónoma e independiente de las autoridades sectoriales que buscan incentivar la inversión. El país debería avanzar en este sentido y no regresar al pasado.
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