Afirmando su postura extractivista como supuesta receta para el mejoramiento de las condiciones de vida, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, planteó hoy que su país, Perú y Colombia, aborden el problema de los grupos radicales antimineros que -según su particular visión- provocan violencia bajo el falso pretexto de la defensa del medioambiente. Dijo que los grupos radicales defensores del medioambiente opuestos a la minería usan discursos hechos en base a «falsedades», colocándese en sintonía con lo que expresa el sector megaminero al intentar desacreditar a los opositores.
«Esto hay que tratar entre ambos países, Colombia también, porque Perú tiene esos problemas, ha habido brotes de violencia de grupos radicales que se llenan la boca hablando de democracia», afirmó.
Advirtió contradicciones en los grupos radicales antimineros porque «nunca protestan contra la minera contaminante», pero sí contra la «minería limpia» que no daña el agua ni el medioambiente, explicaba el mandatario aplicando la misma receta que las poderosas empresas del sector megaminero transnacional responsable de innumerables daños económicos, sociales y ambientales.
«El desafío es tener buena minería, buen petróleo y sí lo podemos tener», subrayó, en diálogo con la prensa tras finalizar la VI Reunión del Gabinete Binacional de Perú y Ecuador en la ciudad de Cuenca.
Asimismo, consideró importante reflexionar sobre la violencia que generan los grupos radicales defensores del medioambiente que se oponen a la minería, porque tanto en Ecuador como en Perú –dijo en línea con lo que expresa el sector megaminero- sus discursos son hechos en base a «falsedades».
Indicó que algunos pretenden que no haya minería, pero opinó que sin esa actividad económica le costará mucho a los países salir de la pobreza.
Con visión neo desarrollista sostuvo «Y la solución no es decir no a la minería, sino es rechazar la mala minería (…) pero no podemos ser mendigos sentados en un saco de oro».
Asimismo, criticó fuertemente a los «supuestos defensores del medioambiente» que se oponen al desarrollo de la «buena minería», y pretenden que los pueblos originarios vivan en condiciones de pobreza «como parte del folklore y el paisaje».
«Y cuando se quiere hacer buena minería, salen supuestos defensores del medio ambiente pretendiendo que el ser humano es un poco menos que un estorbo en la naturaleza y que la pobreza es parte del folklore», dijo.
En ese sentido, señaló que el desafío del siglo XXI para los pueblos ancestrales es salir de la miseria sin perder identidad cultural.
«Pero la miseria no puede ser considerada parte de la identidad, y para vencer esa miseria se necesitan los recursos naturales», subrayó sin aclarar de qué manera su extracción con destino a la exportación puede contribuir de manera verificable al bienestar económico sin consecuencias sociales y ambientales .
El gobernante pidió disculpas al Perú por la contaminación generada en los ríos ecuatorianos Calera y Amarillo producto de la «mala minería», cuyas aguas van al río Puyango- Tumbes, y señaló que se limpiarán los metales pesados.
«(…) el reclamo peruano tiene toda la razón, les pedimos disculpas y estamos trabajando arduamente para remediar lo más pronto posible ese problema», puntualizó.