Este año marcharemos por décima vez contra la megaminería en el Carrusel de Vendimia. Como hace nueve años, como Pueblo de Mendoza nos manifestamos contra un sistema que busca saquear, secar y contaminar nuestro planeta y sus pueblos. El modelo extractivista cree no tener límites y busca mercantilizar hasta las relaciones humanas, a través de sus alianzas con los gobiernos de turno, como es el caso de la criminalización de la protesta y la connivencia política.
En ese contexto, los pueblos en resistencia hemos dado muestra que no pasarán, que habrá lucha y organización hasta que se vayan de nuestros territorios. Claro ejemplo es la Ley Provincial 7722 que prohíbe el uso de sustancias tóxicas en la minería y recientemente fue declarada “constitucional” por la Corte Suprema de Mendoza.
El derrame de solución cianurada por parte de la Barrick Gold en el proyecto Veladero, en la provincia hermana de San Juan, ha contaminado cinco ríos de la cuenca hídrica y a la fecha ya se ha detectado la contaminación en un niño. Esto demuestra la desidia de parte de las transnacionales megamineras y las complicidades de los gobiernos municipales, provinciales y nacional, que callan y disciplinan a los medios para ocultar las consecuencias reales de la megaminería en Jachal e Iglesias en la provincia vecina. Lo mismo ocurrió en Brasil a fin del año pasado, cuando colapsó una presa minera y derramó 62 mil millones de litros de desechos, por parte de la minera Samarco, que es controlada por la Vale y BHP Billiton, en la cuenca del Río Doce, en el sudeste de Brasil. Las consecuencias: 17 muertos, desaparecidos, desaparecidas y desechos tóxicos que llegaron hasta el Océano Atlántico. Un verdadero ecocidio cuyos responsables directos son los gobiernos y las megaempresas, quienes ponen en riesgo la biodiversidad y, con ello, la subsistencia de nuestros pueblos. Desde hace unos días, el pueblo de Los Andes en Chile sufre las consecuencias del derrame de concentrado de cobre sobre el río Blanco en manos de la empresa estatal CODELCO. Esto demuestra que el discurso de minería con controles de parte del estado es inviable. Ante esta realidad, nos levantamos y nos organizamos para que las megamineras no avancen y se vayan de Nuestra América.
El discurso de progreso y desarrollo no cesa por parte de las megaempresas. Las continuidades están a la vista con el nuevo gobierno. Lejos de un cambio se ha profundizado el modelo extractivista y represivo. No crean grandes cantidades de puestos de trabajos y aseguran leyes para reprimir la protesta. A la Ley Antiterrorista, sancionada durante el gobierno kircherista, la cual criminaliza las organizaciones en lucha, se suma el Protocolo Antipiquete del gobierno de Macri, que busca criminalizar la protesta y la pobreza. Esta política la puso en evidencia la complicidad entre poder Judicial y poder Ejecutivo mendocino al procesar a referentes gremiales por la marcha de estatales hace días atrás. Sumado a éstas políticas represivas, que se profundizan fuertemente con el gobierno de Cambiemos, se vienen nuevos intentos de reformas de los Códigos Contravencionales como el que vivimos en el 2008 en Mendoza con el entonces gobierno de Jaque. A esto se suma, que los despidos masivos a estatales y privados traen consigo la búsqueda de parte de estos sectores, de crear un escenario favorable para los discursos de las megamineras transnacionales que plantean que crean grandes cantidades de puestos de trabajo. Las mentiras tienen patas cortas y eso quedó demostrado en Mendoza con el proyecto megaminero de Potasio Río Colorado en Malargüe, donde la empresa brasileña Vale, la misma que es responsable del derrame en Brasil, se retiró del proyecto y dejó a los trabajadores en la calle sin dar explicaciones, a la vez que el gobierno provincial absorbió el pasivo que dejó la empresa. Las megamineras no crean grandes cantidades de puestos de trabajo como dicen y aseguran profundas crisis sociales y ambientales a mediano plazo. Una vez más este estado cubre al privado y todos pagamos las consecuencias en detrimento de la salud, la educación y un crecimiento real de nuestros pueblos. Hace cinco años consecutivos que tenemos crisis hídrica declarada por el propio gobierno provincial y el Departamento General de Irrigación. Insisten con ampliar la matriz productiva y que lo único que lo asegura es el desarrollo megaminero, pero la realidad es que lo achican y lo que crece es el desempleo. Este estado es responsable del saqueo y la contaminación de nuestros bienes comunes a la vez que ejerce las mayores de las violencias sobre los trabajadores, las trabajadoras y los sectores populares.
Como desde hace 9 años volveremos a marchar en el Carrusel vendimial. Al calor de la lucha popular hemos crecido en las calles, en los barrios y en las rutas. Desde los primeros cortes de ruta y asamblea en Pareditas, en el departamento de San Carlos, hemos crecido para que las megamineras no ingresen a Mendoza. Nos paramos, resistimos y exigimos que se respete la voluntad popular: en Mendoza no hay ni habrá megaminería. No pasarán. Una vez más gritamos al unísono:
“EL AGUA DE MENDOZA NO SE NEGOCIA” CONTRA LA CONTAMINACIÓN Y EL SAQUEO NO A LA MEGAMINERÍA FUERA LAS TRANSNACIONALES DE ARGENTINA Y AMÉRICA LATINA NO A LA CRMINALIZACIÓN DE PROTESTA Y LA POBREZA. TRABAJO DIGNO, NO A LOS DESPIDOS Pueblo de
Mendoza – Asambleas Mendocinas por Agua Pura
Contactos: – Daniel (Autoconvocado de San Carlos): 261 – 15304-1723 Sergio (Asamblea Popular por el Agua): 0261 – 155415222 Ariel (Asamblea Maipucina por el Agua): 261 – 156261048 Eduardo (Colectiva La Caracola): 261 – 152085007 Fernanda (Autocomvocados de Tunuyán): 2622 – 15410548 Eugenia (Uspallata): 261 – 156183219