19 de octubre de 2011
Patricia Vélez y Marco Aquino
Pobladores del norte de Perú suspendieron temporalmente el martes una protesta en contra de la minera local Yanacocha y desbloquearán la vía que lleva hasta su gran mina de oro, lo que permitiría a la empresa reanudar las labores suspendidas en la víspera.
Los comuneros de la región de Cajamarca lanzaron el viernes su protesta, que incluyó la quema de maquinaria de una firma contratista, para presionar a Yanacocha a concretar un «acuerdo social» de unos 200 millones de soles (cerca de 73 millones de dólares).
Yanacocha -controlada por la estadounidense Newmont y una de las mayores minas auríferas de Latinoamérica- produjo el año pasado 1,5 millones de onzas del metal precioso o cerca del 1,6 por ciento del oro del mundo.
«Justamente estamos llegando del sitio donde está el conflicto y los comuneros han tomado la decisión de levantar el paro hasta que se instale la mesa de diálogo el jueves a las 3 de la tarde (15.00 hora local-2000 GMT)», dijo a Reuters Jorge Vázquez, alcalde de la localidad de La Encañada.
La carretera sería despejada en la mañana del miércoles, agregó Vázquez en una conversación telefónica.
En las conversaciones participarán autoridades regionales y del Ministerio de Energía y Minas y los pobladores, afirmó.
Asimismo, un portavoz de Yanacocha dijo a Reuters que la empresa acudirá al diálogo.
Respecto al reinicio de las faenas en el yacimiento, el portavoz afirmó que «en la medida de que el bloqueo de la carretera se libere vamos a retomar la normalidad de nuestras operaciones».
La extracción de oro de Yanacocha equivale a una cuarta parte de la producción aurífera de Perú, el sexto productor del metal amarillo del mundo.
Minera Yanacocha, donde la local Buenaventura tiene una participación minoritaria, lleva adelante el gigantesco proyecto Minas Conga de hasta 4.800 millones de dólares.
En muchas zonas mineras de Perú, los pobladores suelen protestar en demanda de mayores beneficios por parte de las empresas, que gozan de altos precios de los metales, y en medio de temores medioambientales, con manifestaciones que en ocasiones se tornan violentas.
El Gobierno del presidente Ollanta Humala, quien asumió el cargo en julio, busca aplacar los más de 200 conflictos sociales que abruman al país rico en recursos naturales, donde un tercio de la población vive en la pobreza a pesar del auge económico de los últimos años.
Humala elevó recientemente las regalías e impuestos al sector clave para la economía local con el fin de financiar planes sociales.
A la misma vez, el mandatario busca seguir atrayendo inversiones, que engrosarían los planes ya anunciados por cerca de 45.000 millones de dólares en el país.
(Reporte de Patricia Vélez y Marco Aquino. Editado por Carlos Aliaga)