15 de Diciembre 2011
Por Marco Aquino
La paralización del proyecto Conga, el mayor de este tipo en la historia peruana, amenaza con ser un freno para el sector más importante de la economía del país. Se esperan ingresos por más de 50 mil millones de dólares en los próximos años…
Crédito foto: Reuters
Aun con cientos de conflictos latentes, al menos por ahora las mineras siguen apostando por Perú, dado que los altos precios de los metales siguen haciendo del país andino una buena inversión.
En lo que va del año, tres importantes proyectos mineros con inversiones por casi 6 mil millones de dólares fueron cancelados o puestos en espera en medio de las protestas de los pobladores.
El más reciente fue el proyecto Conga de extracción oro y cobre de 4.800 millones de dólares de la estadounidense Newmont Mining, la mayor inversión minera en la historia de Perú, que tras resistir un mes de protestas postergó su desarrollo.
Las manifestaciones, que desnudaron diferencias en el seno del Gobierno por la manera de afrontar el problema, provocaron una fuerte crisis política en la gestión del presidente nacionalista Ollanta Humala, apenas cinco meses después de asumir con el apoyo de los pobladores que hoy se manifiestan.
El emblemático proyecto Minas Conga podría ser la punta del iceberg de más paralizaciones o demoras en inversiones en un sector que es responsable del 60 por ciento de las exportaciones del país y uno de los motores de una década sostenida de crecimiento económico a tasas chinas.
Sobre el proyecto de cobre Río Blanco de la china Zijin Mining, de 1.600 millones de dólares, se cierne la amenaza de una nueva protesta de pobladores en el norte de Perú, que, como otros en el país, temen que la minería contamine sus tierras.
“La población está decidida a defender su tierra y su agua. Nosotros, como municipio, lo apoyaremos”, afirmó Sebastián Meléndez, gerente municipal del distrito que se opone al desarrollo de este plan minero.
Representantes de Zijin en Perú no estuvieron disponibles para comentar la situación. En 2009, fuertes protestas contra su proyecto dejaron al menos dos pobladores muertos. Y no es el único plan amenazado.
Ha quedado en el limbo el Tía María de 1.000 millones de dólares de Southern Copper, que debe realizar un nuevo estudio de impacto ambiental para su desarrollo, tras una ola de protestas que dejaron tres muertos.
Pese al riesgo de los conflictos, los analistas afirman que las empresas mineras siguen apostando por Perú porque el país garantiza tasas de retorno elevadas y porque la fortaleza de los precios de los metales se mantendría en el mediano plazo, pese a los temores de una crisis financiera mundial.
“Es natural que los agentes mineros estén preocupados por los últimos acontecimientos, pero nosotros no estamos pesimistas del todo, creemos que es un efecto temporal”, dijo el analista de Inteligo, Rodrigo Zuazo.
Perú espera inversiones por 51.700 millones de dólares en el sector minero -cerca de un tercio de su producto interno bruto nominal- para los próximos años, enfocados en la producción de cobre, hierro y oro, principalmente. El país es el segundo mayor productor mundial de cobre y zinc, el cuarto de plomo, el segundo de plata y sexto de oro.
Preocupados, los empresarios siguen apostando
Las protestas contra las empresas mineras se han convertido en el mayor desafío del gobierno de Humala, que afirmó que busca promover la inversión minera, pero con responsabilidad de las empresas y la garantía de que se respete el medio ambiente.
Perú tiene más de 200 conflictos ligados a proyectos mineros y energéticos y Humala quiere solucionarlos porque requiere de fuertes inversiones para financiar parte de sus planes sociales.
Si bien el mandatario quiere aminorar los roces con diálogos más profundos con las comunidades, anticipó que no le temblaría la mano para evitar violentas manifestaciones.
Ejecutivos y representantes de las mayores mineras globales dijeron que, ante los persistentes conflictos, tienen que aprender a convivir con las protestas y tratar de mantener buenas relaciones con las comunidades aledañas a los proyectos.
El proyecto Cañariaco de la canadiense Candente Copper, que espera una inversión de 1.600 millones de dólares y que se encuentra en la región de Lambayeque, vecina a Cajamarca, es uno de los que seguiría su rumbo de desarrollo, pero con trabajo social para evitar roces con su zona de influencia.
“La convivencia es lo que hace que acepten el proyecto, puede que en una consulta se rechace, es una posibilidad, lo asumimos; pero estamos trabajando y confiamos en la capacidad de comunicación que estamos desarrollando”, dijo el gerente general de Cañariaco, Marco Marticorena.
Eduardo Llosa, apoderado legal de la minera australiana Metminco Ltd, que prevé invertir 2.200 millones de dólares en el sur del país, se mostró preocupado, aunque rati
“Los temores son del momento, pero en ningún caso hemos pensado suspender nada. Estamos tratando de hacer las cosas bien, no tenemos problemas tanto en la parte social como en la parte operativa”, dijo Llosa.
Anglo American, que tiene en carpeta dos proyectos con una inversión conjunta estimada de 3.700 millones de dólares, también ratificó su interés y planes en el país, pese a que uno de los proyectos de exploración fue afectado durante los días que duraron las protestas contra Newmont.