¿Alguien sabe que el Perú está a punto de firmar un acuerdo de asociación con Alemania para el acceso y abastecimiento de materias primas? ¿Alguien conoce el texto que parece que ya ha sido acordado entre los equipos negociadores de ambos países y está listo para la firma?
La respuesta para el caso peruano es un rotundo no. Nadie ha escuchado nada de nada. Las negociaciones se han desarrollado con una total y absoluta falta de transparencia en nuestro país. En el caso de Alemania, por lo menos a inicios de este año hubo una reunión entre los funcionarios encargados de la negociación y representantes de la sociedad civil de ese país en la que se les informó algunos componentes generales del acuerdo.
Las organizaciones de la sociedad civil de Alemania están preocupadas por este tipo de acuerdos que forman parte de una estructura global que se va consolidando y que busca por un lado asegurar abastecimientos para los procesos industriales de sus economías, al mismo tiempo que presiona por una mayor producción de materias primas como los minerales, sin considerar lo que viene ocurriendo en varias regiones en el mundo en cuanto a impactos ambientales y sociales y afectación de derechos humanos.
Aunque los negociadores alemanes aseguran que el texto del acuerdo que se firmará con el Perú incorpora temas de transparencia, mejoras en las regulaciones ambientales y los derechos humanos, lo cierto es que se va comprobando en este tipo de acuerdos, tratados comerciales y tratados bilaterales de inversión, una situación preocupante: mientras que los mecanismos de protección de las inversiones son hoy en día obligatorios y los Estados son sancionados si los incumplen; los mecanismos de protección de derechos ambientales y sociales solamente se atienden a través de mecanismos voluntarios: políticas de responsabilidad social de las empresas o acuerdos de colaboración entre Estados que dependen de la buena voluntad de nuestros gobernantes y que por supuesto no son sujeto de ningún tipo de sanción.
Es cierto que Alemania no cuenta con inversión directa en actividades extractivas; sin embargo es uno de los principales destinos de algunos de nuestros minerales, como el cobre, y es uno de los países europeos que ha firmado el mayor número de Tratados Bilaterales de Inversión, que son hoy en día una Espada de Damocles para cualquier ambición de reformas en los países del Sur.
Lo mínimo que podemos pedir es transparencia en este tipo de negociaciones a nuestros gobiernos. Nos sumamos a la preocupación expresada por un conjunto de instituciones alemanas ante la inminente firma de este acuerdo y nuestra tarea es pedirle a nuestro gobierno que informe los términos de la negociación.