El director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, Lucio Cuenca, señaló que el reinicio de los trabajos en el sector afectaría a los glaciares ubicados en la cordillera entre Chile y Argentina.
Ambientalistas chilenos se encuentran alerta ante el eventual reinicio de las operaciones del proyecto Pascua Lama, mina de oro, plata y cobre ubicada en territorio de Argentina y Chile que destruiría valiosos glaciares.
«Si retoman las operaciones, eso conduce a la destrucción de los glaciares en la zona de Pascua Lama y de eso se tienen que hacer cargo las autoridades políticas que permiten que esto siga ocurriendo», advirti Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA).
El proyecto binacional, de la compañía anglo-australiana Barrick Gold, fue paralizado en noviembre pasado por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), que detectó contaminación por material particulado PM10.
La decisión del Sernageomin se hizo efectiva tras una visita realizada por expertos al yacimiento, quienes constataron un exceso de material fino en suspensión (PM10), que comprometería la salud de los trabajadores del proyecto minero.
Pese a que el proyecto aún no está en operaciones, desde hace más de dos años la empresa realiza faenas que incluyen remoción de la tierra de la superficie para crear el rajo que será explotado, perforación, tronadura y vaciado de material extraído.
«Las obras de Pascua Lama están paralizadas no por voluntad de la empresa, sino por un decreto de Sernageomín que dicta que la empresa está generando impactos que incluso repercuten en la salud de sus propios trabajadores», afirmó Cuenca.
Precisó que a partir de un sumario de la autoridad ambiental, «se descubrió que ese mismo impacto de generar polvo con componentes químicos altamente tóxicos a 5 mil metros de altura, también genera impacto en los glaciares de la zona, que podrían ser destruidos».
En este escenario, la compañía Barrick Gold Corporation Chile aseguró que espera retomar las operaciones durante el primer trimestre de 2013 luego de aplicar medidas para asegurar «un muy efectivo control del polvo».
«Una vez que le entreguemos la nueva información a la autoridad, estaríamos en condición de avanzar pronto», afirmó el vicepresidente de asuntos corporativos de la compañía, Rodrigo Jiménez.
Precisó que las obras paralizadas «tienen que ver con el pre stripping (extracción de rocas sin valor comercial que cubren las reservas minerales) y el movimiento de tierras, pero seguimos avanzando en la construcción de otras obras que no tienen relación con este punto en particular, tanto en el lado chileno, como en el argentino».
Además, la empresa confirmó que la mina estará operativa a fines de 2014.
Cuenca enfatizó que es la autoridad ambiental la que decretará la reapertura de las operaciones de Pascua Lama, por lo que -por ahora-, «la empresa puede hacer los anuncios que quiera».
Sin embargo, advirtió sobre la gravedad de que se reactiven las faenas y la mina entre en operaciones.
«Lo que se ha comprobado es que a pesar de las condiciones que impusieron en su momentos los gobiernos de Ricardo Lagos (2000-2006) y Michelle Bachelet (2006-2010), respecto a que Pascua Lama no puede tocar los glaciares, lo que va a suceder es que los van a seguir destruyendo», dijo el ambientalista.
«Eso es lo que comprueban los monitoreos y las fiscalizaciones que ha hecho la Dirección General de Aguas», completó.
Según un informe del Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA) en Chile, al menos tres glaciares próximos al emprendimiento de Barrick Gold fueron completamente cubiertos por el polvo y detrito removido y levantado por las faenas.
«Si retoman las operaciones, eso conduce a la destrucción de los glaciares en la zona de Pascua Lama y de eso se tienen que hacer cargo las autoridades políticas que permiten que esto siga ocurriendo», emplazó Cuenca.
Concluyó que «hay que darle cuenta al país de los costos que significa mantener las operaciones de Pascua Lama».