26 de mayo 2011
La medida de lucha convocada por el pueblo Aymara en contra de las concesiones mineras se ha radicalizado. Más de 17 mil manifestantes están enardecidos y han arrasado varios locales del Estado como la SUNAT, Fiscalía y Gobernación. La situación está incontrolable y la policía no se da abasto para dispersarlos.
Desde hace cuatro días los pobladores que llegaron desde la zona sur de Puno han bloqueado las principales vías de acceso. Los negocios y comercios han sido cerrados. En el lugar solo hay dos mil efectivos policiales. El desgobierno es total.
Tierra de nadie
La violencia se desató hoy por la tarde, ya que la comisión de alto nivel que envió el Ejecutivo no ha solucionado la demanda Aymara y solo se han comprometido a estudiar, durante 180 días, las concesiones mineras que afectan su desarrollo. Hablaron un par de horas y se regresaron a Lima. En otras palabras, “que el próximo gobierno entierre al muerto”.
Es por eso que este miércoles los Aymaras, con apoyo de diversas organizaciones y sindicatos de la localidad, han tomado locales públicos, sacaron los documentos a las calles y les prendieron fuego.
Según Aldo Santos, periodista del Servicio Educativo Rural, los pobladores han atacado las sedes del Ministerio Público, SUNAT, Gobernación, Contraloría y algunos bancos. También se reportó toma de rehenes.
“Se calcula que más de 17 mil personas están en toda la ciudad de Puno haciendo disturbios. Nosotros no nos podemos acercar porque los locales están cercados, solo se ven grandes humaredas”, indicó.
Cuantiosas pérdidas económicas
Esta radical protesta ha perjudicado la actividad comercial y turística en la zona. Los ciudadanos bolivianos están muy preocupados porque sus productos no pueden circular por Ilo debido a los bloqueos.
La Cámara de Comercio de Lima informó que los 16 días de paro en Puno ha generado hasta ahora pérdidas económicas de US$ 20 millones en Puno, mientras que en Bolivia son de US$ 7 a 16 millones, según las distintas organizaciones empresariales.