En nuestro país no existe una regulación específica para los históricos Pasivos Ambientales Mineros (PAM) que ha generado esta actividad extractiva en nuestro territorio, lo que denota un grave retraso en la materia, dado los altos niveles de contaminación y peligrosidad que éstos presentan para el bienestar y la salud de las poblaciones humanas y la biodiversidad local.
Los depósitos de relaves son las instalaciones mineras abandonadas que tienen el mayor impacto ambiental, dado que poseen sustancias peligrosas y metales pesados con potenciales efectos cancerígenos para nuestra población.
Según el último catastro de depósitos de relaves mineros (publicado en marzo de 2019), en el territorio nacional existen 173 relaves abandonados y 463 inactivos -de 742 depósitos totales-, situación que visibiliza una clara problemática país, la cual se acentúa al considerar que la producción minera se está expandiendo hacia la zona central, donde hay una mayor densidad poblacional y, con ello, una mayor disputa por el uso del suelo y del agua, elemento vital para el tratamiento de los relaves.
El poder Ejecutivo actualmente está elaborando una Política Nacional de Relaves, que en teoría busca hacerse cargo de la famosa “deuda histórica” del sector minero, estableciendo procesos de monitoreo para estos depósitos, y promoviendo iniciativas para recuperar elementos de valor en los relaves abandonados, e instaurando la “adopción de relaves” como medidas de compensación de los impactos ambientales de nuevas iniciativas extractivas.
Pero como sociedad civil, creemos que esta iniciativa no resuelve la problemática de fondo y que es necesario realizar avances más significativos en la materia. En este sentido, para lograr una efectiva remediación de los relaves abandonados que presentan una alta peligrosidad, el gobierno debiese avanzar en lineamientos de política que persigan mayores estándares institucionales y regulatorios para el sector, estableciendo un proceso participativo, inclusivo y vinculante, en el cual se diseñe una Ley de PAM que asegure, en el menor plazo posible, la urgente caracterización, priorización y remediación de este tipo de depósitos, como también la recuperación y/o rehabilitación ecológica del área afectada.
La posición de liderazgo extractivo no sólo se refleja en extraer y exportar grandes cantidades de minerales -cobre, molibdeno y litio-, sino que también en estar a la vanguardia en las innovaciones y regulaciones de las externalidades negativas del sector.
Fuente:http://www.nuevamineria.com/revista/pam-la-historica-deuda-socioambiental-de-la-mineria/