Mientras se discute la democratización de la comunicación, por causa de la aplicación de dos artículos de la denominada «Ley de Medios», otros problemas subsisten. La censura interna no es patrimonio de los medios de «la corpo» sino que también se aplican a los medios oficialistas. Hoy se dio a conocer una declaración de la comisión interna de Página/12 denunciando un caso emblemático, la represalia contra el periodista Darío Aranda, quien se hizo conocido por publicar en el diario notas sobre el lado oscuro de «el modelo».
En noviembre de 2011, ComAmbiental se solidarizó con Aranda ante la situación sufrida cuando sucedió el asesinato de Christian Ferreyra, miembro del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE). Ese fue el punto de quiebre para que las autoridades de Página/12 decidieran «congelar» al periodista, reduciendo el número de notas a dos por mes y disminuyendo la relevancia de sus publicaciones, que antes llegaban a ser tapa del diario. «No se trata sólo de una represalia sino también de un ataque a la libertad de expresión», expresó la comisión interna (ver el comunicado completo en este mismo post).
«Van a seguir avanzando sobre nuestros territorios», advertía Aranda en una entrevista que le realizamos en enero del 2011. Frente a esta coyuntura, planteaba: «Yo soy optimista en tanto se mantenga esta lucha, y es necesario que la sociedad se sensibilice; en ese sentido me parece que los periodistas tenemos un rol importante para jugar».
Ingresó a Página/12 como pasante en el año 2003: «Cuando entré me llamó la atención que había muy poco archivo sobre el tema indígena, así que empecé a escribir sobre eso, había margen para hacerlo». Hoy continúa como colaborador, en forma precarizada. Una causa por la que se está comenzando una lucha en varios diarios del país, y del cual este caso resulta representativo.
Compañer@s:
Queremos informarles sobre una represalia que pese a nuestro esfuerzo no pudimos revertir, ya que nadie en la empresa asume la responsabilidad por una decisión que de hecho se aplica. Nos referimos a la situación de nuestro compañero Darío Aranda.
En noviembre de 2011 el diario censuró dos notas de Darío, hecho que como asamblea repudiamos por unanimidad.
Conscientes de la fragilidad de los colaboradores, exigimos que no se tomaran represalias (se lo pedimos en persona al director del diario). Desde ese mismo momento, sin embargo, comenzaron a aplicarse: se fijaron topes de dos notas por mes y 70 líneas por nota (antes publicaba de 4 a 6 por mes, incluidas dobles páginas y tapas); se le impidió escribir desde el lugar donde ocurren los hechos, sello distintivo del trabajo de Darío; los temas que cubría desde 2004 (indígenas, campesinos, extractivismo) fueron derivados sistemáticamente a compañeros pasantes; ante sus propuestas, las respuestas del jefe de sociedad, Andrés Osojnik, varían entre el silencio, la demora o -la más usual- el rechazo sin argumentos serios, con el agravante de que sumarios propuestos por quien conoce en profundidad sus temas son «derivados» a otros compañeros.
Como Comisión Interna nos reunimos con Tiffenberg y con los gerentes, quienes negaron haber ordenado un tope de notas. Hablamos con Osojnik, que tampoco se hace cargo de la represalia que aplica y pretende atribuir el cupo y sus negativas sistemáticas a la «casualidad» o a «criterios periodísticos», pese a que él mismo llegó a explicitar en un e-mail el límite de dos notas mensuales.
Consideramos que esta situación no sólo atenta contra el trabajo de Darío y contra la calidad de Página12: también afecta los ingresos de nuestro compañero, que pasó de escribir hasta seis notas mensuales a dos «notas B» y durante el último semestre cobró en promedio apenas 300 pesos.
Ante los infructuosos esfuerzos por revertir este panorama y la certeza de que no se trata sólo de una represalia sino también de un ataque a la libertad de expresión, como Comisión Interna decidimos informales la situación, de la que hacemos responsable a la empresa y en particular al jefe de la sección Sociedad, Andrés Osojnik.
Tato Dondero, Carlos Rodríguez, Ana Paoletti y Diego Martínez
11 de diciembre de 2012