José De Echave C.
Conocí a Oscar Mollohuanca aproximadamente hace 15 años en un taller de comunidades afectadas por la minería que organicé en 1998. Oscar asistió como asesor de la Federación Unificada de Campesinos de Espinar y en ese taller nació la idea de crear lo que un año más tarde fue la Coordinadora Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería.
Hombre sereno y de hablar pausado se convirtió al poco tiempo en el alcalde provincial de Espinar e inició su primera experiencia en el municipio. Me invitó a apoyar a las comunidades en la zona de influencia de la mina de Tintaya. Por esos años recuerdo un foro sobre el tema del canon en el que Oscar mostró que en un año había recibido apenas algunas decenas de soles como transferencia por canon. Era finales de la década del 90 y los primeros años del nuevo siglo. Le tocó administrar un municipio en épocas de vacas flacas.Si bien no pudo hacer muchas obras en ese primer período, su gestión le dio prioridad al tema de la planificación del desarrollo y también inició la negociación de lo que fue finalmente el Convenio Marco y la mesa de diálogo con las comunidades en la zona de influencia de Tintaya. No le alcanzó el tiempo para firmar ambos acuerdos, pero sin duda fue el artífice de ambos procesos que priorizaron el diálogo y la construcción de consensos. No está demás precisar que durante su gestión no se suscitó ningún conflicto de envergadura como sí ocurrió posteriormente en mayo del año 2005.
Luego del paso por el municipio tuvo que dedicarle tiempo y recursos a la atención de varios de esos juicios que muchas autoridades tienen que enfrentar casi como un formato único. De todos salió bien librado.
En noviembre del año 2010 salió elegido por segunda vez alcalde provincial de Espinar y asumió funciones en enero de 2011. Como parte del actual carga montón, una periodista que se ha convertido casi en la primera actriz de la televisión nacional, ha dicho que este alcalde “es un ineficiente de primera, porque apenas ha gastado el 35% del presupuesto en el año 2011”. La periodista aspirante a actriz se “olvida” que los alcaldes en el primer año de gestión solo pueden ejecutar el presupuesto que les ha dejado su antecesor.
Es cierto que Oscar planteó el tema de la renegociación del convenio marco como un tema central. Era una demanda de la población, así como la preocupación vinculada a los temas ambientales que siempre son sensibles en Espinar. También es cierto, que varias de las demandas de la población eran exageradas, quizás bajo la creencia que era la mejor estrategia de negociación. Sin embargo, no es cierto que su estrategia haya sido la de la confrontación y menos la del enfrentamiento violento.
Hacemos votos para que la calma regrese a la provincia de Espinar; que las legítimas preocupaciones de la población sean atendidas y que por supuesto su alcalde recupere la libertad. La comisión de altísimo nivel que se ha conformado, integrada por ministros que parece que sobre todo están pensando en hacer méritos para ganarse el aprecio de la pareja presidencial y ocupar el inminente vacante sillón de la presidencia del consejo de ministros, debe saber que un diálogo sin la presencia del alcalde de Espinar es una broma de mal gusto. Será apenas una pantomima de diálogo; una pésima puesta en escena que alejará aun más la posibilidad de construir salidas serias, respetuosas y duraderas.
La libertad de Oscar Mollohuanca no es solo una exigencia justa; también es un primer paso para superar la brecha entre las autoridades nacionales y la población de Espinar.
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