La Plataforma Unitaria Contra las Minas de Potasa prosigue con su labor de concienciación e información sobre la problemática derivada de este tipo de minería, en cuanto a volumen de residuos y posibilidad de otras afecciones como contaminación de ríos y acuíferos, así como la posibilidad de generar sismicidad inducida.
El trabajo de esta plataforma ha sido tan importante como veloz. Formada por vecinos y vecinas de la Val d’Onsella, así como de otras localidades afectadas en Nafarroa, como Zangoza o la Sierra del Perdón, han sido capaces de llevar su voz a todos los habitantes de la zona, y plantear un debate que había quedado sepultado entre consistorios y empresa.
En el caso de la Sierra del Perdón, en la que ya son conocedores de las supuestas “bondades” de las potasas, pues durante décadas trabajó allí Potasas de Navarra, todos los consistorios están en contra de la explotación. Una concienciación que contrastaba con las pequeñas y despobladas localidades aragonesas, donde el mensaje de economicista había calado más profundamente.
Desde su creación hace unos meses, la plataforma ha trabajado inicialmente en la concienciación de los vecinos, de una zona especialmente despoblada, algo de lo que la empresa se beneficia prometiendo puestos de trabajo, que en la mejor de las perspectivas durarían 20 años. Tras ese trabajo vecinal, pasaron a reunirse con todos y cada uno de los ayuntamientos de afectados por el proyecto, algo que motivó la presentación de alegaciones desde estos consistorios.
En la actualidad, su trabajo está centrado en informar a los Gobiernos de Aragón y Nafarroa, y para ello se han reunido con grupos parlamentarios de ambos parlamentos. Una labor que ha propiciado una próxima intervención en sesión de trabajo en la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento de Nafarroa, a inciativa de Podemos.
Nuestras compañeras del programa El Acratador de Radio Topo se hacen eco de esta problemática, y entrevistaron a Marta López, representante de la plataforma que se opone a la construcción de un proyecto minero, que asusta en sus dimensiones y que trae consigo unos problemas que superan con creces las bondades económicas cortoplacistas que promete la empresa promotora.