Oferta mundial de cobre disminuirá a partir de 2017 mejorando los precios
La industria cuprífera tardó casi una década en generar una cartera significativa de nuevos proyectos, que llegó a costos muy elevados y en medio de un deteriorado escenario económico. Por eso, una parte de estas iniciativas ya no estará en los tiempos esperados, impactando las expectativas.
En apenas un año, la oferta mundial de cobre experimentó fuertes cambios. Una amplia mayoría de empresas comenzó a ralentizar sus proyectos con el fin de contener sus costos y hacer frente a un escenario económico mundial menos favorable, con China creciendo a una velocidad mucho menor a la esperada y poca claridad sobre el desempeño de otras potencias como Estados Unidos y Europa.
Una tras otra, las firmas fueron realizando anuncios de postergación de iniciativas para concentrarse en dar mayor productividad a lo que lograron concretar en los años previos y así rentabilizar el negocio.
En la vereda de enfrente, un amplio espectro de analistas comenzó a corregir sus expectativas de mediano y largo plazo sobre el aumento de la demanda de cobre, las que fueron disminuyendo progresivamente hacia fines de 2012 y durante todo este año. Tanto, que en apenas un año las proyecciones sobre la producción en un horizonte de 10 años retrocedieron en conjunto alrededor de 23%.
En otras palabras, de acuerdo a una serie de datos que recopiló el Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco), casi 2,9 millones de toneladas de nueva producción del metal no entrará al mercado en el tiempo en que estaba previsto originalmente.
Lo que resulta más interesante todavía es ir observando la dinámica de cómo fueron evolucionando las expectativas entre un semestre y otro. En julio del año pasado, se estimaba que en el horizonte 2013-2022 entrarían al mercado 12,4 millones de toneladas de cobre de mina, suposición que seis meses más tarde -en enero de 2013- bajó a 11,7 millones, para continuar descendiendo a 9,7 y 9,5 millones de toneladas en julio y agosto de este año, respectivamente.
Más racionalidad
El director ejecutivo de Cesco, Juan Carlos Guajardo, explica que el crecimiento de la oferta en los últimos diez años ha sido muy bajo, y recién hacia fines del año pasado se comenzó a instalar la visión de que se venía un cambio al alza, lo que tuvo una incidencia fuerte en las expectativas para el decenio y con ello se propendió a una baja del precio del metal desde comienzos de 2013.
Al mismo tiempo, se empezó a fraguar un proceso paralelo, en que la industria comenzaba a enfrentar dificultades mayores con el incremento de costos para proyectos nuevos y también para los que ya están en marcha, lo que se aceleró en los últimos meses. En otras palabras, dice que llegó un momento en que las empresas se dieron cuenta que debían actuar racionalmente y se hizo evidente que era necesario hacer una pausa en el ciclo de crecimiento acelerado a toda costa.
Adicionalmente, varias otras iniciativas en el mundo también comenzaron a verse atrapadas por diversas trabas institucionales y ambientales, lo que finalmente motivó que varias se sumergieran en un desfase en sus tiempos de ejecución.
“Recién a partir de ahora se va a empezar a notar que si bien hay un aumento de oferta, son tantas las dificultades que enfrentan los proyectos, que ese crecimiento va a ser menor”, sostiene Guajardo. De hecho, agrega que las expectativas actuales del mercado, hablan de un retraso promedio de hasta 2,5 años en la entrada de nuevas iniciativas.
Pero pronto debiera haber un peak en materia de costos, al menos en Chile, “porque el tema energía es tal vez la incertidumbre más grande, pero en todos los otros frentes las compañías están adoptando decisiones duras, para lograr cambiar la tendencia fuerte de alzas”, relata.
Precios altibajos
La directora de Estudios de Cochilco, María Cristina Betancour, cuenta que en el análisis de la institución a comienzos de año ya se evidenciaban algunos cambios en la oferta. Dice que en ese momento el organismo pronosticó una situación superavitaria de cobre hasta 2017, y luego un contexto deficitario por algunos años.
Explica que el pronóstico asume una reducción suave, pero progresiva del consumo de cobre por parte de China, lo cual de todas maneras significaría tener que producir mundialmente 500 ó 600 toneladas adicionales del mineral por año. “Dicha producción no alcanzaría a ser suministrada a partir del año 2017-2018 por los proyectos que tienen mayor probabilidad de materializarse. Por lo tanto, sería necesario suplir el exceso de demanda con proyectos que tienen un mayor grado de incertidumbre y muy vulnerables a variables como el precio. De hecho, son estos últimos proyectos los que han sufrido algún grado de aplazamiento que podría estrechar el mercado a partir de las fechas mencionadas”, afirma.
La vicepresidenta y analista de industrias y commodities de Scotiabank en Toronto, Patricia Mohr, explica que después de la muy limitada nueva oferta de minas en los últimos años -un crecimiento de sólo 1,7% anual entre 2008 y 2012-, el suministro de las minas existentes está comenzando a aumentar en Chile, Perú, Zambia y la República Democrática del Congo.
Una serie de nuevos proyectos greenfield también están empezando a armarse entre 2013 y 2014, tales como Oyu Tolgoi en Mongolia; Antapaccay y Toromocho en Perú (Las Bambas en 2015); Mount Milligan en Canadá; y Caserones y Ministro Hales en Chile.
“Se espera que la producción minera mundial de cobre total aumente en un 4,5% en 2013, y 5% en 2014, superando ligeramente el crecimiento de la demanda. Como resultado de ello, espero que los precios del cobre se muevan moderadamente a la baja en los próximos 18 meses”, resume Mohr.
En esto coincide el gerente de Estudios de Sonami, Álvaro Merino, quien advierte que en los últimos años la producción efectiva ha sido sustancialmente inferior a la proyectada y el período 2014-2016, al parecer, no será la excepción. “Aun así observaremos un importante aumento de la producción de cobre a nivel mundial, lo que generará un relevante superávit, que llevará al precio del metal rojo a un valor inferior al promedio observado durante el presente año”.
Al cierre de septiembre, el precio en la Bolsa de Metales de Londres promediaba US$ 3,34 por libra, por debajo de los US$ 3,61 y US$ 3,60 que promedió en los años 2012 y 2011, respectivamente. Mohr explica que una vez que la actual ronda de ampliaciones de minas se acabe, es esperable que los precios del cobre se recuperen en esta década y será un rebote muy fuerte. Esto debido justamente a la postergación de inversiones de capital en nuevas iniciativas. Dice que el precio de incentivo para que esta oferta se retome más adelante debería ser en torno a los US$ 3,5 por libra.
Posicionamiento firme
Los recientes cambios en la cartera global de inversiones en minería no debiesen tener un efecto muy negativo en el posicionamiento de Chile como líder mundial en producción de cobre de mina. Guajardo dice que como el fenómeno es global, aunque haya mermas serán más o menos parejas entre las distintas naciones productivas, por lo que el país debiese mantener en torno al 30% de la producción mundial. “Chile va a tener una caída, pero lenta hasta fines de la década, aunque después se espera un leve aumento en la participación”, sostiene el ejecutivo.
Puntualmente, para 2013 Cochilco esperaba en su último informe de abril-junio, que el país registre una producción de 5,53 millones de toneladas, con un aumento cercano a las 100 mil toneladas respecto de 2012. Guajardo anticipa que hacia adelante China como segundo competidor mantendrá o bajará su participación de mercado, incluso cediendo su segundo puesto a Perú -que este año debiera producir alrededor de 1,4 millones de toneladas-, pero todavía muy lejos de Chile.