Unos 8 mil católicos exigieron un alto a la explotación minera, la destrucción de la naturaleza, la siembra de transgénicos, la militarización, la drogadicción, el alcoholismo y los atropellos contra migrantes.
Rezago social
México.- Unos 8 mil católicos realizaron una peregrinación en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, para manifestarse contra los abusos por parte de empresas mineras.
Encabezados por los obispos Felipe Arizmendi Esquivel y Enrique Díaz Díaz exigieron un alto a la explotación minera, la destrucción de la naturaleza, la siembra de transgénicos, la militarización, la drogadicción, el alcoholismo y los atropellos contra migrantes.
Los protestantes quienes portaban pancartas, flores, palmas, cruces, imágenes religiosas y banderas, caminaron hasta la plaza Catedral, donde se celebró una misa de dos horas con ritos indígenas.
En la celebración se exigió la liberación de Alberto Patihstán Gómez, preso desde hace 10 años, acusado de participar en una emboscada que dejó siete policías estatales muertos y quien hace un mes fue trasladado al penal de Guasave, Sinaloa.
En su homilía Arizmendi Esquivel manifestó: “Sólo con la fuerza de Dios nos mantendremos firmes en proteger y cuidar la madre tierra, en valorar a los jóvenes y a las mujeres, en no descansar hasta que se libere a los cautivos inocentes, en trabajar por la pacificación y tranquilidad de nuestro país, en erradicar la corrupción y sembrar la honestidad.”
También dijo que “los vendedores y distribuidores de drogas, pequeños y grandes; los jefes de cárteles y sus lugartenientes; los que extorsionan y secuestran para sacar dinero; los que ejecutan a quienes no siguen sus indicaciones criminales; los que atrapan y desgarran a los migrantes que pasan entre nosotros”.
La peregrinación, en la que participaron católicos de las 54 parroquias de la diócesis, comenzó antes de las 10 horas en tres puntos de la ciudad y estuvo organizada por la organización Pueblo Creyente y las Comunidades Eclesiales de Base, que manifestaron “con dolor que en Chiapas hay mayor pobreza, migración, aparición de enfermedades como el sida, suicidios y despojo de tierras, aunados al aumento de catástrofes naturales, que afectan principalmente a los más pobres.
“Somos testigos de cómo algunos programas gubernamentales crean dependencia y pobreza, y nos preocupa que los llamados ‘macroproyectos’, provenientes de intereses transnacionales, pretendan apropiarse y controlar el territorio y los recursos naturales de nuestro estado; en muchas comunidades, ambos provocan división y enfrentamiento”, dijeron.
Externaron su indignación por “el clima de inseguridad y violencia en todo el país y en nuestro estado, que se está haciendo cada vez más evidente en asesinatos, secuestros, desapariciones y maltrato a migrantes”.
Asimismo, expresaron su preocupación por “la posible imposición de una Ley de Seguridad Nacional que no respeta los derechos inviolables de los ciudadanos. Nos indigna la criminalización de la sociedad, de los defensores de derechos humanos, que por denunciar la injusticia son detenidos, torturados y encarcelados como delincuentes».
Con información de La Jornada