El Salvador es un territorio pequeño con poco más de 20 mil kilómetros cuadrados. El principal problema del país de acuerdo a la “vox pópuli” es la violencia e inseguridad que actualmente posiciona a este pequeño paraíso entre los más violentos del mundo.
No obstante, hay municipios que llevan años sin saber sobre hechos violentos. Nueva Trinidad en el departamento de Chalatenango, al norte de El Salvador es uno de ellos. Un municipio rodeado de montañas que colindan con Honduras, pinos, calles asfaltadas y buen clima, parece que es el cielo en la tierra, o el lugar con el que cualquier salvadoreño sueña tener como hogar.
Un pueblo con 46. 33 kilómetro cuadrados. Tiene una población de 2, 103 habitantes según el último censo de la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc), y cuenta con siete comunidades.
De acuerdo al alcalde Matías Ábrego, se han registrado dos homicidios en los últimos seis años. No existe un puesto policial. “Los policías vienen de vez en cuando porque saben que acá no hay problemas de inseguridad. La policía más cercana está en el municipio de Arcatao, a 1 kilómetro de aquí” dice el edil.
Pero no todo es color de rosa. Nueva Trinidad batalla contra un enemigo que se disfraza de empleo, desarrollo y oro. Nueva Trinidad, como muchos otros municipios, han sido favorecido con gran cantidad de recursos naturales. Mismos que son hoy en día la causa más grande de luchas sociales por saber quién tiene derecho al agua, por cómo afecta la vulnerabilidad ambiental a los más pobres, y por cómo empresas extranjeras vienen a explotar dichos recursos, dejando contaminación.
Hay lugares en El Salvador ricos en minerales y piedras preciosas que no pueden ser ignorados por las industrias mineras internacionales. Tan grande es el problema, que el Estado salvadoreño litiga una demanda de $301 millones de dólares impuesta por la internacional minera Pacific Rim/Oceana Gold ante El tribunal del Centro Internacional de Arreglos Relativos a Inversiones (CIADI), ente del Banco Mundial.
A raíz de ello, y de que en El Salvador aún no hay una ley que prohíba de manera absoluta la actividad minera, ya son dos los municipios que de manera local, y amparados en la ley, que han realizado consultas populares para preguntarle a su población si están de acuerdo en la actividad minera en su municipio o no, y la han vetado.
San Isidro Labrador y San José Las Flores ya negaron oficialmente la minería en sus municipios; y próximamente Nueva Trinidad, todos son municipios del departamento de Chalatenango, una zona muy asediada por las mineras. De hecho, Pacific Rim/Oceana Gold argumentó en el juicio que destinó una millonaria inversión en la zona de Cabañas (siempre al norte salvadoreño) y al descubrir una vena de más de 1.3 millones de onzas de oro de alto quilate, y más de 9.4 millones de onzas de plata de primera calidad, el Estado salvadoreño empezó a poner impedimentos para concederle el derecho a la extracción.
El próximo 29 de marzo, Nueva Trinidad se somete a elecciones populares en donde 1,500 personas inscritas en padrón electoral podrán decidir si hay o no minería. “Aquí en Nueva Trinidad si han hecho visitas las empresas mineras, incluso han visitado bastante el cerro Eramón de donde se abastece de agua el municipio, además han venido a señalizar algunos lugares” expresa Matías Ábrego, alcalde de Nueva Trinidad, quien además afirma que si la gente vota por el “Sí” a la minería, no se realizará la ordenanza municipal, y todo quedará como ha seguido.
El proceso de elección será lo más parecido al proceso electoral para decidir alcaldes y presidentes. De hecho habrá voto residencial en las siete comunidades que componen Nueva Trinidad. Dentro del apoyo logístico y de capacitación para el ejercicio electoral, se encuentra el trabajo de la Mesa Nacional Frente a la Minería Metálica. “Trabajamos en aspectos de sensibilización, capacitación de Mesas Receptoras de Votos, vigilancia electoral, y la divulgación del proceso” comenta Ana Dubón, miembro de la Mesa, y de la Coordinadora de Comunidades Rurales (CCR).
Dubón afirma que luego de este tercer municipio, se tiene previsto que se realice la elección popular sobre minería en Arcatao, y Las Vueltas, siempre en Chalatenango.
“Yo estoy de acuerdo que se realice este proceso de elección popular, porque así impedimos que la actividad minera nos arruine nuestros terrenos” opina Elías Menjivar, un sexagenario habitante de Nueva Trinidad, y que se capacitaba para apoyar en las Mesas Receptoras de Voto.
Don Elías dice además que este litigio por prohibir la minería tiene antecedentes desde 1976; además recuerda que hace 10 años hubo un bloqueo de calles para que las maquinarias mineras no entraran al municipio.
La elección popular será el domingo 29 de marzo, y si los resultados son en contra de la minería, se decretará una ordenanza municipal que prohíba esta actividad en lo que sería el tercer municipio que le cierra las puertas a la minería.
¿Cuánto sabe El Salvador sobre minería?
La Revista Gato Encerrado se dio a la tarea de sondear cuánto saben los salvadoreños sobre la minería y su impacto en el medio ambiente.