La firma Infinity Lithium presenta a los colectivos sociales los cambios en la explotación para lograr su apoyo.
Valdeflórez es un paraje situado a unos tres kilómetros de Cáceres donde existió actividad minera hasta los años setenta. Ahora puede volver a operar si prospera el proyecto de explotación de litio desarrollado por la empresa Tecnología Extremeña del Litio (propiedad de la australiana Infinity Lithium, con un 75%, y el grupo español Sacyr, con el 25%). El plan lo sacó a concurso en 2016 la Junta de Extremadura tras verificar que el yacimiento era muy rico en litio. Sin embargo, ha tenido la oposición creciente de grupos políticos locales (incluido el PSOE, ahora al frente de la alcaldía, y el PP, que lo estaba antes), organizaciones vecinales y ecologistas, que han frenado que la corporación municipal otorgue el permiso de cambio de uso del suelo.
Ese es el motivo por el que los representantes de Infinity Lithium se hayan trasladado esta semana a la ciudad extremeña para presentar a estos colectivos las novedades que han incorporado al proyecto inicial para convencerles. Según Vincent Ledoux, director ejecutivo de la firma, el proceso de extracción se ha ampliado de 24 a 30 años y conllevará una fábrica de hidróxido de litio junto a la mina, y se reducen las toneladas de extracción de 62 a 53.
Según Ledoux, no genera riesgo alguno para el medio ambiente, se utilizarán fertilizantes en lugar de productos químicos, se reducirán las cortas y los desechos, de los que un 99% será roca pulverizada. Otra de las modificaciones afecta a la restauración de la corta, ya que en lugar de llenarla de agua, se propone la construcción de un auditorio próximo a la lámina de agua. Todo está por negociar
El proyecto prevé una inversión de 280 millones de euros, de los que el 83% se destinará a la planta industrial y 16 millones a la rehabilitación de la zona tras el proyecto. La empresa plantea empezar las obras en 2021 y a producir hidróxido de litio en 2023. La extracción de litio durará 19 años, mientras que el procesado se alargará hasta los 30 años. Durante su construcción generará empleo para 310 personas y, una vez en marcha, tendrá 195 empleos directos y 800 indirectos.
El objetivo es abastecer 10 millones de vehículos eléctricos en lo que se calcula el segundo mayor depósito de litio de Europa. El sueldo medio previsto para los fijos es de 48.000 euros anuales -bastante por encima de la media general-, gastará 96 millones en salarios durante la construcción y 230 durante la operación. Los impuestos generados se elevan a 900 millones. Los ingresos previstos por la venta del hidróxido de litio ascienden a 5.500 millones de euros.
Infinity Lithium sostiene, además, que la explotación formará un eje industrial para Extremadura y para España que será único en Europa, esencial para las baterías de los coches eléctricos en un momento en que los fabricantes de automóviles están tomando la decisión de implantar sus centros de producción.Y en eso, España, que es el segundo fabricante europeo de automóviles, se juega una baza clave, según destaca Ledoux.
En ese sentido, el ejecutivo francés viene con el respaldo expreso recibido a finales de septiembre por el vicepresidente de la Comisión Europea, el eslovaco Maros Sefcovic, quien reseñó que la empresa tiene conversaciones muy avanzadas con cuatro grandes marcas del sector automovilístico para la adquisición de 15.000 toneladas anuales de hidróxido de litio.
Respuesta ciudadana
Sin embargo, los grupos continúan oponiéndose al proyecto. Tras las reuniones de ayer, los colectvios han asegurado que estudiarán los cambios. Sin embargo, el colectivo más combativo contra la planta, la plataforma Salvemos la Montaña, se negó a reunirse con Ledoux. Este colectivo se mantiene en la respuesta que le envió por carta a Sefcovic. “Europa necesita personas que velen por su estabilidad y seguridad, no por el negocio de unos pocos. El proyecto de mina de litio a cielo abierto San José (Valdeflórez) en Cáceres (España) de la empresa australiana Infinity Lithium es inaceptable porque incumple, por su proximidad, leyes de protección para su ciudadanía y su entorno, y pretende destruir los tres pilares fundamentales de la vida y la salud: el suelo, el agua, los árboles. No vamos a permitir que salga adelante”.
Y continuaba: “Si las políticas europeas son capaces de ignorar la realidad climática y ambiental, es que no han entendido nada. No puede ser sostenible porque destruye, en un corto plazo de tiempo, imprescindibles recursos como el suelo, bosques y agua, para obtener una ínfima cantidad de un metal, el litio, que no es renovable. Es hipócrita apoyarlo. No puede ser «impresionante» este proyecto minero para la transición hacia el vehículo eléctrico, entre otros motivos, por:
Sin embargo, según Ledoux, las críticas son infundadas. “Es un proyecto sostenible, ideado con el máximo respeto al medio ambiente y pensado para minimizar el impacto sobre el entorno, la fauna y la flora del lugar”. En ese sentido, prevé construir una planta de ósmosis interna que permita el reciclado de las aguas, sobre las que además asegura que “geológicamente son imposibles las filtraciones al acuífero [el Calerifo] que suministra Cáceres”, uno de las críticas centrales de Salvemos la Montaña.
Asimismo, sostiene que la orografía del terreno impedirá el impacto acústico al actuar como barrera, aparte de que la mina solo actuará en turnos de día. Adicionalmente, minimizará la dispersión del polvo mediante la colocación de pantallas de tierra vegetal, mantenimiento de las manchas de vegetación arbórea, restauración de la escombrera y riego de pistas.
Las actividades no serán visibles desde Cáceres ni desde la autovía a Trujillo; seguirá un programa de vigilancia para garantizar la preservación de la flora y la fauna; el yacimiento ocupará una superficie menor de la difundida y los residuos se apilarán sin necesidad de balsas para secar el material.
Fuente:https://elpais.com/economia/2019/10/09/actualidad/1570634495_607034.html