La exhibición sumó hace algunos días los planos originales de la cápsula Fénix, que fueron donados por su creador, el ingeniero Alejandro Poblete.
Está en una histórica casona que fue de los hermanos Matta, y en ella se encuentra una de las bibliotecas más importantes del norte de Chile, con textos que datan de 1690. Sin embargo, hasta antes del rescate de los 33 mineros de San José, el Museo Regional de Atacama recibía poco más de cien visitas al mes.
Pero desde agosto de 2011, cuando llegó la cápsula Fénix 2 -en la que salieron los atrapados desde 700 m de profundidad- y el papel escrito por José Ojeda con el «Estamos bien en el refugio los 33», el interés creció tanto que el corte de tickets superó los mil mensuales. Este año esperan más de 15 mil visitas.
«Un día recibimos más de 600 personas, y el museo no está preparado para eso (…) Esa vez fue después que llegó la cápsula, y colapsó porque es una casa construida entre 1830 y 1840, y los pisos que son originales no resistieron. De hecho, hubo que hacer una reparación. El museo se puso de moda», cuenta su director, Guillermo Cortés.
Por eso, se trabaja para levantar un nuevo Museo Regional en Copiapó, que costará $5.000 millones. Recién en octubre terminará la revisión de la arquitectura y comenzará la búsqueda de financiamiento. En 2015 partirían las obras.
Hoy la muestra minera -que incluye cascos, boleras, testigos y documentos relacionados con la «Operación San Lorenzo», del rescate de los mineros- ocupa unos 100 m² de los 780 m² que tiene la casona.
En el nuevo museo se destinarán a esa muestra más de dos mil de los casi 6 mil m² que tendrá el edificio. Habrá espacio para exhibir un guión que incluirá objetos que hoy están guardados, como los que donó el minero rescatado Darío Segovia. También se pondrá bajo techo la cápsula Fénix 2, que actualmente está a la intemperie y debido al clima extremo de la zona, muestra signos de oxidación. Por ahora se le instalará una lona protectora en las noches.
A «los 33» se les pedirá que donen nuevos objetos y la idea es que algunos de ellos trabajen como guías. «Sería como que Bernardo O»Higgins contara la batalla de Rancagua», dice Cortés. «A veces, cuando llega una delegación nos topamos con la gente y conversamos. Hay una relación bien buena con el museo», agrega Luis Urzúa, ex jefe de turno de los mineros.
Hace unos días, el ingeniero mecánico Alejandro Poblete, quien diseñó la Fénix y la construyó junto con Asmar, donó al museo los planos originales de la cápsula. «La historia es frágil y pasa. Se va a juntar la verdadera jaula con los documentos originales de ingeniería», dice.