26 de Enero del 2012
Unas diez mil personas se manifestaron frente a la Casa de Gobierno de La Rioja.
Foto: CONCENTRACIÓN. La multitud que se instaló en la plaza 25 de Mayo (Captura).
Cerca de diez mil personas se manifestaron frente a la Casa de Gobierno de La Rioja, en la capital provincial, para rechazar la explotación y exploración minera a cielo abierto en la región de Famatina.
Los manifestantes reclamaron que si el proyecto se mantiene vigente deberá renunciar el gobernador justicialista Luis Beder Herrera. «Si no se va (la empresa canadiense) Osisko Mining Corp, se tiene que ir Beder Herrera», expresó Lucía vila, integrante de la Asamblea de la capital riojana, una de las oradoras.
Una hora después del momento previsto para la concentración, los manifestantes se instalaron en la plaza 25 de Mayo, en esta ciudad, que estuvo vigilada por policías. Sin embargo, la Casa de Gobierno local no presentó una custodia importante, aunque estuvo cerrada.
Representantes de la Asamblea Ciudadana de Famatina dijeron que llegaron a la capital riojana sin problemas y «más rápido» de lo pensado. Sin embargo, comentaron que los que llegaron desde Chilecito «fueron parados varias veces» y demorados por los controles camineros. Al frente de la delegación de Famatina marchó el intendente, Ismael Bordagaray, que se pronunció a favor de la resistencia popular.
La movilización fue convocada por las Asambleas Ciudadanas por la Vida, y se sumaron sindicatos y federaciones, como la CTA; partidos y sectores políticos e independientes.
En la plaza, pero no en un primer plano, pudo verse a los diputados nacionales radicales Julio Martinez e Inés Brizuela y Doria, quienes presentaron ante la Justicia federal un pedido para que, en concordancia con leyes nacionales, se prohiba a los Estados de todo nivel contratar a empresas como Osisko, ligadas a la explotación petrolera en Malvinas.
El secretario adjunto de la CTA La Rioja, Carlos Laciar, sostuvo que la comunidad debe involucrarse en esta lucha «con compromiso, decisión, sin miedo a los aprietes o a las chicanas con las que el poder está acostumbrado a defenderse». Laciar acusó a Beder Herrara de «seguir confrontando con el pueblo», que le niega la licencia social a la megaminería, y le pidió: «Que no nos quiera mentir que esto no es beneficio propio».