Paula Correa
El empresario brasileño Eike Batista dejó de ser controlador de MPX, el brazo eléctrico de su conglomerado. Esto después de que, en Chile, se rechazara su principal proyecto, la Central Termoeléctrica Castilla y que el grupo decidiera desistir de un nuevo proyecto para la extracción de hierro en la región de Atacama. Sobre el historial del empresario se refirieron especialistas y abogados, para quienes “esto no es más que la consecuencia natural de los pasos del multimillonario”.
Después de una serie de especulaciones, el empresario brasileño, Eike Batista, llegó a un acuerdo con la empresa E.ON para vender su participación en 941 millones de dólares. Con esta operación, el magnate queda con el 26,9 por ciento de la compañía que fundó en 2001 y la alemana elevará su participación a 38,7 por ciento.
Esto le dejará mil 870 millones de reales, lo que podrá utilizar para reducir la deuda que contrajo con la inversión en electricidad o para inyectarle liquidez a otras empresas del holding, ya que, Eike Batista tiene inversiones en distintos rubros: minería, energía, en el sector inmobiliario, el transporte, la administración de puertos, entre otros, que lo han llevado a convertirse en el séptimo millonario del mundo y uno de los personajes más poderosos de Brasil.
Para el director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), Lucio Cuenca, este “paso atrás” es fruto de la forma en la que ha enfrentado el negocio.
En este sentido, el dirigente medio ambiental señaló que “esto es consecuencia de la arrogancia y la agresividad de Eike Batista, quien históricamente ha sido un empresario, que con artes bastante cuestionadas se ha hecho de la fortuna, llegando a ser uno de los principales millonarios del mundo y que se ha encontrado en Chile con una comunidad, como la de Totoral y de la región de Atacama, que no permitió que siguiera actuando de esa manera. Esto le ha acarreado grandes pérdidas”.
Y efectivamente, el rechazo ante la Corte Suprema de la iniciativa, implicó que desistiera de un proyecto de cinco millones de dólares.
Respecto de las prácticas más usadas por el empresario para concretar sus negocios, el abogado defensor de la comunidad de El Totoral, Álvaro Toro, dijo que el inversionista brasileño “envió a un director de su conglomerado a negociar y a tratar de revertir la resistencia de la comunidad de Totoral ofreciendo muchos millones en beneficios y en dinero a los comuneros. En algún momento el empresario brasileño habló de estar en la disposición de entregar al pueblo de Totoral el 0,5% de la inversión materializada del proyecto y la inversión se proyectaba en 4.200 millones de dólares, por lo tanto, nosotros calculábamos que el 0,5% era de 80 millones de dólares”.
Pero Castilla no fue su única derrota. Después del rechazo el empresario sostuvo con fuerza que se estaba volviendo “imposible invertir en Chile” y, recientemente MPX informó que daba un paso al lado también de un proyecto, donde estaba asociado con Codelco y la canadiense Barrick Gold, para la explotación del hierro en Atacama, lo que el titular de Economía, Pablo Longueira, calificó como “lamentable”.
Además, en Brasil, Batista mantiene diversos procesos judiciales abiertos por no respetar leyes ambientales y actuar en contra de distintas comunidades. En ese sentido, esta decisión sería un cambio de estrategia, que, si bien alegra a las comunidades en nuestro país, también inquieta, ya que Castilla hoy queda en manos de E.ON la que ha señalado su interés de mantenerla. Esto porque, la alemana, logró poner sus pies en Latinoamérica a través de este acuerdo y se espera que comience a invertir en este y otros proyectos en el cono sur.