14 mayo 2011
Federico Castillo
Ayer decenas de jinetes y cientos a pie rodearon el Parlamento
Unas mil personas, muchas de ellas a caballo, marcharon ayer por Montevideo
en contra del proyecto minero Aratirí y en reclamo de tierras para cañeros
de Artigas. La manifestación culminó en el Palacio Legislativo donde
leyeron una proclama.
Casi un centenar de gauchos con sus caballos, y muchas otras personas de a
pie llegadas desde todo el país, esperaban acampados en el pasto la hora de
iniciar la marcha hasta el Palacio Legislativo. La zona de General Flores y
Batlle y Ordóñez era ayer igual a la clásica postal de la Rural del Prado,
cuando el campo parece trasladarse a la ciudad.
La consigna principal de la manifestación se expresaba de distintas formas
en pancartas y banderas, pero era una sola: «la defensa de la tierra y los
recursos naturales».
El blanco de todas las críticas fue la minera Aratirí, un megaproyecto de
minería a cielo abierto que pretende instalarse en el centro del Uruguay,
concretamente en la localidad de Valentines, pero que abarcará en forma
directa o indirecta a los departamentos de Treinta y Tres, Durazno,
Florida, Cerro Largo, Lavalleja y Rocha.
Con la tierra como excusa la marcha también sirvió para reclamar terrenos
para los cañeros de Artigas y para la Federación Uruguaya de Viviendas por
Ayuda Mutua (Fucvam), que acompañó la movilización con un carro de caballos.
Además, se movilizaron vecinos de balnearios de la costa oceánica de Rocha
que protestan por la construcción de un puerto de aguas profundas en La
Paloma, una consecuencia inmediata del proyecto que es criticada por sus
efectos nocivos en el turismo.
Los integrantes de la organización Plenaria Memoria y Justicia también
participaron de la manifestación, demostrando que ya son una presencia
clásica en este tipo de marchas, que le sirvan a sus fines políticos.
La convocatoria estuvo a cargo de productores y vecinos de Rocha, Cerro
Chato y Valentines y de organizaciones sociales de lucha por la tierra.
Advierten que el proyecto minero es «un desastre ecológico que destroza más
de 120.000 hectáreas y desplaza a 2.600 personas que trabajan en el campo».
ARTIGUISMO
El rojo, azul y blanco de la bandera del prócer José Artigas dominó toda la
manifestación. Fue, además de algún pabellón nacional, casi la única
bandera que portaron los jinetes durante la marcha.
Es que la manifestación estuvo teñida de conceptos artigüistas. Durante la
proclama se repitieron frases como «No venderé el rico patrimonio de los
orientales al bajo precio de la necesidad» o «Que sean los más infelices
los más privilegiados», por citar dos.
La caballada marchó por General Flores hasta llegar al Palacio Legislativo,
que fue rodeado por jinetes y personas de a pie al grito de «¡corruptos!» y
«¡vendepatrias!» y «¡traidores!».
El diputado colorado Juan Manuel Garino se sumó a la marcha cuando pasó
frente al Anexo del Legislativo. El diputado blanco Luis Lacalle Pou se
reuniría después con algunos de los manifestantes y se comprometió con
ellos a difundir sus reclamos. De hecho, anunció que en junio presentará en
el Parlamento una moción para interpelar a los ministros de Industria,
Turismo y Medio Ambiente por este tema.
La manifestación detuvo su marcha en la Plaza 1° de Mayo donde un escenario
aguardaba el acto central. El ex jugador de Nacional, Diego Jaume, devenido
ahora en productor rural, ofició de maestro de ceremonias.
Dos productores rurales y una mujer que habló en nombre de la Unión de
Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA) fueron los encargados de leer la
proclama.
Futuro. «Sería triste que en el futuro nos preguntasen ¿qué hiciste tú,
bisabuelo, mientras destruían nuestros campos, nuestras costas, y se
llevaban nuestros recursos naturales?», se cuestionó en un pasaje de la
proclama.
El futuro y sus consecuencias también fue un concepto manido en la
manifestación de ayer. «Los futuros habitantes de este sagrado suelo
necesitarán riqueza, que no sólo es económica. La felicidad del pueblo se
construye con otro tipo de riqueza: una democracia real y participativa»,
se leyó.
«Nuestros bisnietos tienen el derecho a heredar un territorio con sus
recursos naturales más intactos posibles», agregó la proclama.
CONTAMINANTE
El proyecto de la minera Aratirí tiene como objetivo la extracción de 10
millones de toneladas anuales de hierro. El gobierno lo ha destacado como
el mayor emprendimiento minero de la historia del país con una inversión de
unos US$ 1.500 millones.
La iniciativa ha despertado el entusiasmo de muchos de los vecinos del
lugar elegido para las operaciones, que incluso juntaron firmas en apoyo.
La marcha de ayer demostró que también son muchos los que condenan las
intenciones de la minera.
En la proclama leída ayer se refirió a la industria minera como «una de las
actividades más contaminantes e insostenibles del planeta, destructora de
los valores y las culturas productivas de las comunidades».
Los productores rurales contrarios al proyecto aseguraron que la
explotación minera significa la desviación definitiva de cursos de agua,
caminos vecinales y rutas y la destrucción «irrecuperable» de suelos, «con
cráteres de 100 hasta 600 hectáreas de superficie y 300 a 400 metros de
profundidad» y que a su lado «quedarán inmensos depósitos de deshechos que
hasta cientos de años seguirán contaminando la zona».
La proclama culminó con más frases de Artigas y para continuar con el
concepto artigüista que campeó en toda la manifestación, el acto se cerró
con la canción A Don José.