Informe «In deep water» (‘En Aguas Profundas’) advierte que la minería submarina causaría «daños irreparables» y aceleraría los efectos del cambio climático al interrumpir las reservas de «carbono azul» en los sedimentos del fondo marino.
«Los océanos de todo el mundo mundo se pueden enfrentar a daños severos e irreversibles a menos que se establezcan salvaguardas ambientales más estrictas para protegerlos de los riesgos de la minería en aguas profundas», advierte el informe elaborado por un equipo de científicos de Greenpeace.
«En Aguas Profundas» aborda las consecuencias de la minería de fondos marinos, una industria emergente queinevitablemente dañará los ecosistemas vulnerables de las profundidades marinas en caso de avanzar con las perforaciones en los océanos.
«La minería submarina constituye una de las nuevas y más extensas amenazas para los ecosistemas marinos del planeta»
Los estudios y exploraciones que se han realizado a lo largo de nuestra historia nos han permitido conocer menos de 1% del fondo del mar a nivel mundial. A pesar de ello, en lo poco que se conoce, ya se sabe que hay grandes riquezas.
Por este motivo, la industria minera elabora planes para bajar y explotar comercialmente las profundidades marinas.
De acuerdo al informe presentado por la oenegé ambiental, actualmente existen 29 licencias que han sido concedidas. Con ellas se está autorizando la exploración minera en enormes franjas del fondo marino, muchas de las cuales son zonas con un alto índice de biodiversidad.
En este sentido, Greenpeace propone una moratoria provisional sobre la minería de los fondos marinos para garantizar que las opciones se mantengan abiertas mientras se construye una red de santuarios marinos a partir de un Tratado Global de los Océanos en Naciones Unidas.
¿Conservación por encima de la explotación?
Los permisos repartidos para realizar esta actividad corresponden, en su mayoría, a China, Corea, Reino Unido, Francia, Alemania y Rusia, países que reclaman vastas áreas de los océanos Pacífico, Atlántico e Índico.
El tamaño del área de explotación mundial abarca alrededor de 1 millón de km2, casi el tamaño de la superficie de Bolivia.
El estudio también revela que la industria minera de aguas profundas es consciente de que sus actividades podrían provocar la extinción de especies únicas y pide a los gobiernos que acuerden un sólido Tratado Mundial de los Océanos en Naciones Unidas que ponga la conservación —y no la explotación— en el centro de la gobernanza de los océanos.
«Los océanos podrían enfrentar daños severos. La minería en aguas profundas es una amenaza emergente y su actividad podría resultar en la extinción de especies únicas. Además esta práctica industrial aceleraría los efectos del cambio climático», señaló Estefanía Gonzalez, coordinadora del programa de océanos de Greenpeace Andino.
«Las regulaciones ambientales deben ser más estrictas si se pretende salvaguardar la vida de los océanos»
Según el informe, las regulaciones ambientales deben ser más estrictas si se pretende salvaguardar la vida de los océanos.
Por su parte, Louisa Casson, de la campaña de Protección de los Océanos de Greenpeace, mencionó que nuestra supervivencia depende de la salud de los océanos y que la industria codiciosa de minería submarina podría destruir maravillas que ni siquiera conocemos.
«La salud de nuestros océanos está estrechamente vinculada a nuestra propia supervivencia. A menos que actuemos para protegerlos, la minería de aguas profundas podría tener consecuencias devastadoras para la vida marina y la humanidad».
«Las profundidades marinas son el ecosistema más grande del planeta y el hogar de criaturas únicas que apenas comprendemos. Esta industria codiciosa podría destruir las maravillas de las profundidades del océano incluso antes de que tengamos la oportunidad de estudiarlas», declaró.
Así, la organización ambientalista hace un llamado a los gobiernos del mundo para que acuerden en las Naciones Unidas un tratado Global Oceánico que ponga la conservación de las aguas por encima de su explotación.
Intereses corporativos
«La ISA no es apta para el propósito de proteger nuestros océanos. Está más preocupada por promover los intereses de la industria minera de aguas profundas y hacer lobby para no lograr un firme Tratado Global de los Océanos»
Por último, el informe destaca la debilidad de la actual fragmentación en la gobernanza de los océanos, con la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés), el organismo de la ONU responsable de regular la industria minera de aguas profundas, priorizando los intereses corporativos por encima de una protección marina firme.
«La ISA no es apta para el propósito de proteger nuestros océanos. Está más preocupada por promover los intereses de la industria minera de aguas profundas y hacer lobby para no lograr un firme Tratado Global de los Océanos», señaló Casson.
“Es fundamental que los gobiernos acuerden un Tratado en la ONU lo suficientemente sólido como para allanar el camino para la creación de una red de santuarios marinos que dejen fuera del alcance todas las formas de explotación industrial, incluida la minería en aguas profundas. También necesita hacer cumplir los más altos estándares ambientales para impedir actividades de este tipo en los santuarios”, concluyó.
Cabe destacar que el informe de Greenpeace cita a científicos, gobiernos, ecologistas y representantes de la industria pesquera, que alertan de las amenazas inevitables a la vida marina en amplias áreas de los océanos de todo el mundo debido a la maquinaria minera y a la contaminación tóxica asociada si los gobiernos permiten que comience la minería en aguas profundas.
La publicación de este informe (junio 2019) coincidió con la partida hacia la mitad del Atlántico del barco ‘Esperanza’ de Greenpeace, donde realizará una nueva investigación en la Ciudad Perdida, una formación espectacular de chimeneas hidrotermales activas que se elevan sobre el fondo marino y pueden contener pistas sobre el origen y evolución de la vida. A pesar de que esta zona ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la Ciudad Perdida se encuentra bajo amenaza después de haber sido incluida en un área de la Cordillera del Atlántico Medio por un contrato de exploración minera en alta mar otorgado por la ISA al Gobierno polaco en febrero de 2018.
Datos:
- Hasta la fecha, la comunidad científica sólo ha explorado o muestreado alrededor del 0,0001% del lecho marino profundo.
- La minería de aguas profundas podría empeorar la crisis climática al interrumpir las reservas de “carbono azul” en los sedimentos del fondo marino.
- La gigante empresa estadounidense de armas Lockheed Martin posee dos licencias de exploración patrocinadas por el Reino Unido.
Fuente:http://www.biodiversidadla.org/Noticias/Mineria-submarina-aceleraria-los-efectos-del-cambio-climatico