Los grandes proyectos mineros no se concretaron y su futuro es incierto, pero en Cerro Chato y Valentines la vida ya no es la misma. Los vecinos aseguran que se deterioraron las relaciones entre conocidos de siempre e incluso familiares. Las diferencias están entre quienes tienen expectativas de progresar económicamente en el lugar y evitar la emigración, y quienes piensan que no es un buen negocio para el país.
Los que se opusieron celebran que el proyecto minero no se haya concretado porque aseguran que «nos iban a instalar una bomba de tiempo en medio del país».
La mayoría de los productores de la zona siguen pensando que la minería es un mal negocio. El productor agropecuario de la zona de Cerro Chato, Julio Gómez, quien siempre fue contrario a la megaminería de la forma en que estaba planteada, dijo que «el capital social que era tradicional en esta sociedad chica quedó destruido, y eso no se mide». «La solidaridad y la forma de hacer las cosas unidos y juntos ya no se recupera más», afirmó, y puso como ejemplo el espíritu de colaboración que tenía esa sociedad materializado en el hecho de haber donado el predio para el hospital y el liceo de Cerro Chato. «Eso se fracturó con las posiciones diferentes».
Según el productor, esto se dio pese a que se trata de «un yacimiento marginal», a tal punto que «si la extracción del mineral ya hubiese comenzado todo estaría terminado y hubiera sido un fracaso, y al país le habría quedado un pasivo muy grande».
Gómez dijo además que «por un negocio de ocasión nos iban a instalar una bomba de tiempo en medio del país», y preguntó: «¿Si esto hubiese sido una gran riqueza por qué no se explotó desde el año 1916, fecha en la que se lo descubrió?».
En la vereda de enfrente está, por ejemplo, Federico Ifrán, principal de uno de los restaurantes, quien dijo a El País que su postura a favor del proyecto le restó amistades con aquellos que no pensaban igual.
Los comerciantes no bajan los brazos y siguen pensando que es posible y que es un buen negocio la explotación minera.
Para ello se conformó una Cámara de Proveedores Mineros de Cerro Chato y Valentines a efectos de seguir defendiendo las inversiones que a nivel comercial estaban avanzadas y que quedaron en suspenso.
Eduardo García, presidente de la Cámara, dijo que la pausa del proyecto minero los ha afectado a todos, «pero lo tomamos con calma, seguimos trabajando para que el proyecto salga, creemos que es una buena oportunidad para todos».
«Los comerciantes veníamos pensando en hacer un polo logístico a las afueras de Cerro Chato donde el trabajador, el empresario, el visitante o el inversor encontrara supermercados, restaurantes, estaciones de servicio, hoteles, talleres, tornerías, carpinterías, tiendas, rentadoras de autos, entre otros servicios», dijo, «pero no bajamos la cortina, queremos que mejoremos todos con esta oportunidad», resumió García.
Esperanza.
Los años 2011 y 2012 fueron los años de despegue máximo de Cerro Chato, Valentines y zonas rurales adyacentes a las tareas de exploración de minerales. Durante esos años surgió una nueva fuente de trabajo que tenía una proyección de creación de 3.000 empleos directos durante los primeros años, y 1.500 durante los 20 años previstos de explotación, sin considerar la generación de empleos indirectos. Esto implicó que cada uno se pusiese a pensar en futuros negocios asociados. En este sentido, trabajadores que fueron cesados dijeron que la no continuidad del proyecto implica «una pérdida de fuentes de trabajo, máxime que aquí no hay posibilidades de conseguir otra fuente» más allá de los campos.
Francisco Da Silva, que integra la Dirección de la Unión de Trabajadores Metalúrgicos y de Ramas Afines, dijo que en promedio «son $ 25.000 que no van a entrar más a los hogares de esas 500 personas que se quedaron sin trabajo, más todo lo que ha dejado por el camino, como ser proyectos de obras, inversiones de logística e infraestructura», señaló, «porque toda esta región se estaba aprontando para vender servicios y de un momento a otro todo se vino abajo». Según Da Silva, seguramente «al no concretarse el proyecto puede significar que la juventud tenga que irse de aquí».
«Con Aratirí en la zona se abrieron tornerías, se perfeccionaron trabajadores, aumentó el número de talleres mecánicos, la estación de servicio de Cerro Chato empleaba entre 15 y 20 trabajadores y hoy tiene solo 5», dijo.
A esto se suma que, según Da Silva, «funcionarios de la empresa australiana habían alquilado decenas de casas, y muchos levantaron viviendas en sus terrenos que hacía años que los tenían baldíos», comentó el trabajador.
Ahora, la esperanza para estos trabajadores es que el accionista de Aratirí, Zamin Ferrous, logre vender el proyecto. Se estima que este podría ser Aurum Ventures, pero también es incierto cuándo se concretaría. En su página web Aurum presenta el proyecto como propio: producir 9 millones de toneladas por año primero y luego 18 millones. Pero las autoridades le ponen paños fríos. El ministro de Economía, Danilo Astori, dijo semanas atrás que el precio del hierro está en baja y «la rentabilidad de un proyecto de ese tipo en este momento está en cuestión».
Levantan la ocupación de planta en Valentines
Los trabajadores de Aratirí resolvieron levantar la ocupación de las oficinas tras llegar a un acuerdo con las autoridades. Francisco Da Silva, integrante de la Dirección de la Unión de Trabajadores del Metal y de Ramas Afines (Untmra), dijo que «el primer porcentaje del pago de despidos se abonará el jueves 3 de diciembre, y para febrero la deuda con los trabajadores quedaría saldada». Da Silva señaló que son 94 los trabajadores. Para llegar a este convenio, el MTSS había solicitado que se levantaran las medidas por 12 horas a fin de llegar a una instancia de diálogo sin presiones.
En asamblea se resolvió hacer lugar a la solicitud, lo cual finalmente permitió establecer que el próximo 3 de diciembre Aratirí abonará el 45% de los despidos. El 23 del mismo mes se pagará un porcentaje adicional y para el segundo mes del año próximo ya cumpliría con la totalidad de lo adeudado. Así lo confirmó Silva quien agregó que paralelamente se hizo un registro de operarios vinculantes, para que sean absorbidos por la eventual empresa inversora que pueda llegar a explotar el hierro en Valentines. Da Silva agregó que es necesario el compromiso del gobierno para exigir a la empresa que contrate al personal local.
Otro indio podría quedarse con negocio
El proyecto de Aratirí ha tenido múltiples idas y vueltas, especialmente durante el gobierno del expresidente José Mujica, que le había asignado gran importancia para dinamizar la zona centro-este del país. Sin embargo, la fuerte caída que tuvo el precio del hierro parece haber incidido en las tratativas entre gobierno e inversores.
La fecha para firmar un acuerdo entre ambas partes venció el 24 de noviembre, según lo determinado por el Parlamento. Ahora, la hoy accionista de Aratirí, Zamin Ferrous, tiene un plazo de 90 días para presentar a otro grupo interesado. En caso de que se presente otro interesado comenzaría a correr otro plazo de 120 días para que se llegue a un entendimiento. Fuentes de la empresa dijeron a El País que seguramente ese inversor será otro grupo indio, Aurum Ventures, que actualmente negocia con Zamin Ferrous. Aurum Ventures fue fundado por el inversionista Ashish Deora en 1999. Se estima que Deora llegará a Uruguay en estos días.