14 de Octubre 2011
Comenzó la minería submarina con la primera concesión del mundo en Papúa Nueva Guinea. Varios países también comienzan a interesarse sobre esta actividad.
La minería comercial en el fondo marino comenzó para no detenerse. Recientemente realizó la primera concesión minera submarina del mundo para explotar un yacimiento de oro y cobre a 1.600 metros de profundidad en aguas de Papúa Nueva Guinea. Luego de varios años de prospecciones y estudios medioambientales, la empresa Nautilus Minerals, con sede en Toronto, obtuvo la clamada concesión, con la que iniciará la explotación de “Solwara 1” en los próximos años.
Esta nueva clase de explotación minera submarina ha llamado la atención de varias megapotencias mundiales. Tanto es así que China y Rusia ya han realizado pedidos de permisos de exploración minera bajo sus respectivos mares. La acción de estos países es una prueba evidente de los intereses que están en juego y de la carrera que empieza entre los principales países industriales por hacerse con estratégicos derechos económicos.
El permiso de explotación minera del Gobierno de Papúa Nueva Guinea, concede a Nautilus el derecho exclusivo durante 20 años a importar y construir el equipo necesario y a extraer, procesar y vender los minerales extraídos, según el proyecto presentado por la empresa. La concesionaria calcula que el yacimiento es de 2,2 millones de toneladas, de las cuales 870.000 toneladas tienen un 6,8 por ciento de cobre y 4,8 gramos por tonelada de oro, entre otros metales de interés económico. Se trata de un depósito de sulfuros polimetálicos cuya exploración y futura explotación ha regulado en aguas internacionales la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA).
Los depósitos de sulfuros polimetálicos están asociados a las chimeneas hidrotermales que siembran el fondo del mar, habitualmente a gran profundidad y en zonas volcánicas.
En estas chimeneas, desconocidas hasta hace unos 30 años, existe una rica y exótica fauna. Los fondos oceánicos, que suponen dos terceras partes de la superficie terrestre, se encuentran totalmente inalterados. Se calcula que los depósitos minerales contienen la misma proporción aproximada de los 103 elementos químicos conocidos, entre ellos metales de interés económico cuya demanda ha subido mucho en los últimos años.
Como parte de sus planes de mitigación, Nautilus Minerals ha delimitado una zona de reserva temporal de un tamaño y características parecidos a “Solwara 1” para que sirva como fuente para la repoblación del área minera cuando se cierre la mina.
El mundo comienza a debatir sobre esta nueva forma de explotación minera. Pero más allá de que parece algo nuevo, hace décadas que se viene legislando y estudiando sobre este sistema de explotación. Los estudios internacionales sobre la concesión, exploración, explotación de minerales de manera submarina tienden a dirimir conflictos sobre la explotación en aguas territoriales o aguas oceánicas.
A su vez, tratan de hacerlo de forma sostenible, evitando perjuicios ambientales y con un reparto equitativo de las riquezas entre las naciones. Estos son algunos de los principales desafíos que surgen a partir de abrir una nueva compuerta de explotación minera, esta vez, dirigida hacia el fondo de los océanos.
Fuente/ Diario de Cuyo