El desastre social dejado por la violencia en el sexenio anterior y el énfasis de Felipe Calderón Hinojosa de hacer de la guerra en contra de la delincuencia organizada el eje de su gobierno y de su actuación, nos impidió ver y tomar nota de otras decisiones que se promovían en el anterior sexenio y que están dejando un saldo devastador para el país.
El impulso a las actividades mineras y especialmente la desenfrenada política de entregar concesiones, sin el pago de regalías y con el pago muy bajo de derechos por explotación para la extracción de recursos minerales, es una decisión tomada por el anterior gobierno que deberíamos de lamentar y cuestionar.
Aunque las cifras oficiales sobre el número de concesiones varían entre distintas fuentes, en todos los casos se tienen cantidades extraordinarias de territorios y recursos de propiedad de la nación entregada para la explotación de particulares, especialmente empresas extranjeras.
De acuerdo a datos del mes de noviembre de 2012 de la Dirección General de Minas, se tenían más de 27 mil concesiones con una extensión de 35.9 millones de hectáreas que representaban más del 18% del territorio nacional. Sin embargo, un documento de trabajo de la Cámara de Diputados de 2011, situaba en más de 56 millones de hectáreas entregadas en concesiones, lo que representaba 28.5% de todo el territorio nacional. Son cifras demenciales.
El alza en los precios de los minerales preciosos como el oro y la plata o de otros minerales valiosos para la producción industrial y las ventajas casi incomparables que ofrece el gobierno mexicano a los capitalistas mineros han provocado que en apenas una década se hayan explotado más recursos que en 300 años del periodo colonial. Veamos:
Entre 1521 y 1830 se extrajeron191,825 kilogramos de oro, mientras que entre 2000 y 2010 se extrajeron 419,097 kilogramos de este recurso, según se consigna en el documento de la Cámara de Diputados, Minería en México (Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), documento número 121, 2011).
La explotación de plata tiene ritmos semejantes, se asienta en el mismo documento: en 300 años de Colonia se extrajeron 56,144 toneladas, en tanto que durante dos sexenios panistas se sacaron de la tierra mexicana 33,465 toneladas de este producto. México ha vuelto a ser el primer productor de plata en el mundo, pero tal como ocurrió en la Colonia, sus ganancias no se quedan en el país.
La industria minera no paga regalías, y apenas paga una miseria por los derechos de explotación. Según los artículos 262 al 264 de la Ley Federal de Derechos, durante el 1º y 2º años de explotación se pagan 5.70 pesos semestrales por hectárea explotada; a partir del 11º año la cuota aumenta a 124.74 pesos por hectárea por semestre. Como se aprecia, los pagos que hacen las empresas (75% en manos extranjeras) es un saqueo de recursos que son propiedad de toda la nación, eso sin considerar el despojo a las poblaciones que son propietarias originarias de dichos recursos. El saqueo debe parar.